Parece que no queremos escuchar u obedecer a nadie…

Comparto las opiniones, ideas, sugerencias y aportaciones de unos contertulios y oyentes, hace algunos meses, en una emisora de radio nacional, donde decían mas o menos lo siguiente referente al sistema de aplicación de las herencias en España: Tendremos que remontarnos a los tiempos de los visigodos o romanos para intentar entender la forma, aplicación o sentido de las herencias en España, porque, a jucio de la Unión Europea y de muchisimos españoles y extranjeros, la aplicación de la herencia en nuestro país parece ser discriminatoria, donde el testador no tiene libertad para disponer de sus posesiones, sin olvidar las enormes tasas a pagar cuando se hereda algo, o, incluso, una aplicación sorprendente sobre las tasas sobre los residentes y los que no son residentes.
¿Por qué esa carencia de obediencia hacia una organización de la que pedimos formar parte hace algunos años, pero, una vez lograda la participación, parecemos ignorarla o la desobedecemos cuando queremos?
El Estado parece dictar las leyes, pero son las 17 autonomías españolas las que parecen ser las que aplican las tasas sobre las herencias, que, al parecer, varían de autonomía a autonomía, con bonificaciones o no bonificaciones.
El obligar a dejar dos terceras partes a los hijos es inaceptable, así como nadie debería aceptar una herencia donde los gastos son mayores que las posesiones, o donde los herederos tienen que vender o prestar dinero para pagar las elevadas tasas por heredar algo, como no sería aceptable dejar una herencia a un discapacitado incapaz de administrar nada o desheredar a alguien sin justificación, o dejar toda la herencia a una entidad benéfica… Una pareja que posee una casa, pero que uno de ellos muere, ya sólo puede vivir en la casa, ya no puede venderla, porque sus hijos ya poseen unas dos terceras partes de herencia, según la ley española.
Y los oyentes y contertulios continuaban diciendo:
Debería existir libertad para el testador; minimizar las cargas sobre las herencias en todas y cada una de las autonomías para residentes y no residentes, pues para ello estamos o intentamos vivir en una democracia. Esto, logicamente, no se puede hacer de la noche a la mañana, pero habrá que intentarlo lo antes posible para que las aplicaciones sean mas lógicas y equitativas para el beneficio de todos.

José Antonio Rivero Santana

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