Más de lo mismo… Hasta el infinito

No me voy a enrollar con la rabiosa y meticulosa y manipulada realidad informativa, que si los pactos de Estado y los otros pactos mediáticos contra Podemos y demás, porque me da la impresión de que estamos ante, decimos por aquí, «un nío volao». Así que me pongo manos a la masa con lo que no tiene fin, que es el despilfarro de siempre, el caótico, el despiporre, el estrambótico e incluso el estambótico. Veamos, según leo en prensa, en el diario digital Público, creo que es, unos cuantos casos de despilfarro estrambótico en nuestra diversidad geográfica: 1/ Macrodiscoteca para bailongos jubilatas, en el municipio de Burguillos, con algo más de seis mil habitantes, un total de 1,4 millones de euros. 2/ Barnizar un atril griego en la proclamación de Felipe VI, un total de 132.036 euros. 3/ Parque acuático en secano, 8,6 millones de euros. 4/ Una bandera grandísima, muy grandísima, colocada a la entrada de Ciempozuelos, un total de 22.000 euros. 5/. Pista de esquí en secarral, proyecto financiado por la Diputación de Valladolid, en Tordesillas concretamente, un total de 12 millones de euros. 6/ Pregón de Bustamante, el cantante, en Elda, año 2011, unos 15.000 euros. 6/ Dos impresoras monstruosas japonesas, en el Ayuntamiento de Jerez, 600.000 euros. 7/ Un Palacio sin Congresos en Villanueva de la Serena, Badajoz, sin actividad, 13 millones de euros. 8/ Un reno de mimbre comprado por la Diputación de Málaga, 7.000 euros.
Haciendo un mediano paralelismo y sin entrar más a fondo, porque lo dejo para mi libro -que ya veremos si lo acabo para octubre-, por nuestro municipio, echando un simple ojillo crítico, pues vemos aquello del Balneario de lodos del afamado japonés; aquello otro del pailebote torrevejense tan querido por nosotros todos, «Pascual Flores», o sus gestiones para darle «giro»; el Conservatorio Internacional de Música para Discapacitados, que después se ha convertido en otra cosa pero que al menos tiene una cierta función; el teatricidio que se hizo con el viejo Teatro-Cine Municipal reconvertido en Teatro Municipal pero sin reconvertirlo como mandan los cánones y con su sobrecoste en las obras de «haste pa yá que te pillo»; un premio de Narrativa que costaba más que las minas del rey Salomón, según película en versión original; el negocio de las basuras, limpieza viaria y de playas, de lo que ya hablará la historia, si es que alguien lo escribe desde luego; el Mercado Central de Abastos, reconvertido además en centro multiusos y actividades comerciales varias pero que al final ha habido en desalojo en toda regla, es decir, ni minicines ni comercios ni… casi Plasa. De la calle más europea de la ciudad que iba a ser Caballero de Rodas no voy a escribir ni una línea más, porque lo mejor fue reconducir ese «obrón» una vez visto el desmadre y la chapuza generalizada. Y, por finalizar, ese pedazo de Ayuntamiento en la pedanía de La Mata, casi deshabitado. En fin, que el señor me pille «confesao» por si las «flais», y que la próxima quincena sea mejor. Salud y suerte.

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