Tiempos de incertidumbre

Estamos viviendo un tiempo revuelto, no sólo en nuestro país, sino también a nivel internacional. La crisis económica que estamos atravesando, aunque parece ser que ciertos indicadores macroeconómicos están cambiando positivamente, ha llevado al sufrimiento, la desesperanza e incluso, en algunos casos, a la pérdida de la dignidad de muchas personas, sin trabajo, sin subsidio de desempleo, desahuciados de sus viviendas, etc.
Hace ya bastantes años, se comentaba en los escritos sobre economía que, en el futuro, aquella persona que no tuviese una especialidad concreta de formación profesional no encontraría trabajo. Esto ya está ocurriendo en nuestro país, pues todas aquellas personas que solamente han venido trabajando como peonaje en albañilería o en las tierras del campo, sin haberse reciclado a otras profesiones especializadas, ya no encontrarán trabajo y, más concretamente, aquellas que superen los 45 años de edad. Por esto, el paro seguirá existiendo en altas cifras en nuestro país, por mucho que los políticos y, especialmente, los sindicatos griten y denuncien -pues parece ser que, cuanto más se grita y jalea, más creen tener la razón-, no tienen ninguna solución para esta situación.
Comenzaremos con D. Pedro Sánchez, líder actual del Partido Socialista, con el que, después de su nombramiento, parece apreciarse cierto desconcierto en dicho partido. Pienso que existen problemas internos entre sus altos ejecutivos y cada día las encuestas no parecen irles muy bien, y es lógico, solamente habla de que el actual gobierno lo está haciendo desastrosamente mal y de que ellos lo harán mucho mejor, pero, en realidad, no concreta ningún programa de actuación y, si algo dice sobre éste, es generalizando, lo que hace pensar que solamente quiere alcanzar el poder al precio que sea sin base de hombre de estado alguna.
Al sr. de las Heras, actual líder del partido Izquierda Unida, en sus comienzos como tal y ante la casi desaparición de su partido, solamente se le ocurre acusar al actual Gobierno de machista y algún otro calificativo, pero no propone nada en concreto para solucionar la situación actual, por lo que tampoco tenemos hombre de estado y político capaz de dirigir un país.
D. Albert Rivera, líder de «Ciudadanos», al menos ha presentado un programa económico para favorecer el mantenimiento de las personas en paro, pero no para eliminarlo, además, juega con cifras supuestas, dado que, según indica, su proyecto costará el 1% del PIB, cuando, hasta la fecha, el Producto Interior Bruto está creciendo, pero la renta per cápita no, pues, hasta la fecha el 0,00 es su crecimiento, lo que, tampoco da seguridad como hombre de estado, ya que sus proyectos no dan clara indicación de crecimiento de la economía de nuestro país.
D. Pablo Iglesias, líder de Podemos, es un hombre populista, que ha sabido manejar el marketing en los medios de comunicación, para que todas aquellas personas que han sufrido o están sufriendo la situación agravante de la crisis le apoyen, habiendo presentado un programa que los del PP dicen que es de izquierdas, el PSOE dice que es de derechas, y otros dicen que es de centro izquierda ó derechas, o sea, que no hay nada claro.
He dejado al sr. Rajoy para el último. Este señor es Registrador de la Propiedad, titular de la plaza de Santa Pola (Alicante), en excedencia para cumplir sus cargos públicos. A pesar de que no estoy de acuerdo con muchas de sus decisiones como cristiano y católico que soy, no dejo de reconocer que podría estar ganando mucho más dinero en su cargo de Registrador que como político, por lo que me da a entender su interés y preocupación por nuestro país y sus habitantes. Se ha dejado aconsejar por la líder alemana, la sra. Merkel, en cuyo país, sus políticos tienen mucho más sentido común y conocimientos que en el nuestro, pues se han unido las fuerzas políticas más importantes, dejando atrás sus demagogias y trabajar juntos por el bien de su país y sus habitantes.
En nuestro país se quiere construir la Torre de Babel, pero la confusión de leguajes y de ideas, como ocurrió en tiempos inmemoriales, hace que no seamos capaces de entendernos y, por lo tanto, como ocurrió entonces, la torre se nos viene al suelo.

Carlos García

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