La fuerza del creer

«Debes creer en ti mismo o tu vida no tiene significado», o «ama al prójimo como a ti mismo», o «vive y deja vivir», son frases muy comunes, muy populares, pero aunque las escuchamos, o las repetimos a otros, raramente las consideramos, porque nosotros, los latinos, poco creemos en algo novedoso, porque parece ser que somos muy suspicaces o testarudos en muchas ocasiones.
Pero ésta es una historia que ocurrió delante de mis ojos, delante de los ojos de mi esposa y algunos amigos en la isla de Tenerife, en el Puerto de la Cruz, cuando estábamos intentando subir al Jardín Botánico, cubierto de plantas, árboles y flores de todas las procedencias, con fabulosas cascadas de agua.
Nuestro amigo inglés Brian, que sufría de intensos dolores en sus rodillas, por lo que usaba un bastón, estaba acompañado de su esposa, y ambos formaban parte de nuestro grupo.
«Quizás esa subida podría causarme mucho daño, pero intentaré subirla lentamente». Iniciamos la subida y a unos cién metro nos tropezamos con otro grupo de personas Inglesas que bajaban y dejaban los jardines.
«No necesitas ese bastón», dijo un caballero, dirigiéndose a mi amigo Brian. «Si realmente crees, te puedo curar, soy un cura/pastor inglés que cura a la gente». Mi amigo Brian pensó que el pastor estaba soñando o bromeando. «¿Eres creyente o no?», preguntó el pastor a mi amigo. «Claro que sí creo», dijo mi amigo Brian. Brian aceptó la sugerencia.
El pastor comenzó a tocar a mi amigo de arriba a abajo, así como sus rodillas, y mirando al Cielo gritaba: «Este hombre cree, este hombre cree». El pastor le quitó el bastón a mi amigo de sus manos y dijo: «ahora camina, no necesitarás apoyo».
El pastor siguió su camino con sus amigos. Diez minutos más tarde, nuestro amigo Brian no estaba con nosotros; había subido a los jardines sin ayuda. Brian estaba en la cima de los jardines tomando fotografías, sin bastón, sin dolor y muy sonriente, parecía un hombre diferente.
El pastor lo había curado, lo cual quiere decir que todo o casi todo depende del porcentaje de creencia y confianza en nosotros mismos.
Un servidor y mis amigos contemplamos un milagro delante de nuestros propios ojos.

José Antonio Rivero Santana (JARS)

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