La esperanza no se consume, pero nos mantiene vivos Friedrich Nietzsche

El tema de esta crónica de septiembre me lo ha propiciado la proliferación de citas y pensamientos del último número de El Periódico de agosto en que aparecían frases con el tema de la Esperanza, hasta a llegar a sugerir que la vejez es el resultado de haber tenido confianza en el futuro. A mí la Esperanza como valor humano me ha ayudado durante unos 16 lustros y espero me acompañe hasta los 90 años bien cumplidos.
Nietzsche nació en 1844 en Röke, una pequeña ciudad alemana, muriendo en Weimar en 1899. Viajero incansable, sus obras como «Más allá del Bien y del Mal» han ayudado al desarrollo del pensamiento moderno. Al hablar de la Esperanza en sus escritos, no trató de denigrarla, como parece en su célebre frase tantas veces repetida «La Esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del ser humano», sino más bien de desmitologizarla, ampliando del concepto agustiniano de «virtud teologal» a un importante valor del ser humano para la supervivencia; como un nuevo Prometeo intentaba el pensador alemán de liberarnos de los males de Pandora que terminarían inevitablemente en una muerte totalmente sin sentido.
Entre las innumerables frases que aparecen en los elencos de todos los tiempos, me gusta asirme a los que consideran la Esperanza como el mejor recurso para seguir bregando en la vida, como esta otra célebre frase del filósofo alemán Nietzsche ates citado: «La esperanza es un estímulo muy superior a la suerte». Está bien claro que cada cual hace de la vida lo mejor que puede y lo que piensan otros puede afianzanos; por eso hoy domingo, 6 de septiembre, al no poder salir a darme una vuelta junto a la costa del Mar Mediterráneo a causa de la intensa lluvia, he echado mano de un antiguo axioma persa en forma de cuarteto que, con un ritmo interior, recita: «A la hora de la adversidad / no pierdas la Esperanza / porque la lluvia más cristalina / cae de las nubes negras».

HECHOS Y DICHOS
La esperanza es el sueño del despertar humano. Aristóteles

PROVERBIO JAPONÉS
Es mejor viajar lleno de esperanza que llegar.

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