Ay Sancho, cuánta ingratitud y ambición,
Hay en la política.
Al «gobernador» de la ínsula «barataria»,
Donde todo va a la baja, -excepto los emolumentos
Y tren de vida de sus gobernantes-,
Los que le pusieron ahí en esta ínsula para
Gobernarla, ahora, le mueven el sillón y quieren
Desahuciarlo de ella.
Señor, ante esta inercia tonta, pésima de la gobernanza
Del «gobernador», no os extrañe, visto lo visto
Y sus resultados, los que le pusieron ahí, a la desesperada,
Intenten desahuciarlo. Antes de que se queden ellos,
Sin la ínsula y se sienten en el sillón los «radicales libres»
Advenedizos, en las próximas elecciones.
Calpurnia
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