Julián Carcaño Pareja
Exconcejal y militante de Los Verdes de Torrevieja
Conforme ha ido tomando cuerpo la opción de municipalizar el servicio de recogida de las basuras, al PP le ha entrado una extraña fiebre que le ha llevado a una agresiva campaña de oposición ridículamente pueril.
El líder del PP Eduardo Dolón pide transparencia; esa transparencia que estuvo ausente en el Ayuntamiento de Torrevieja durante los 28 años de gobierno del PP; esa transparencia de la que Eduardo Dolón nunca hizo gala desde que fue nombrado asesor municipal del PP en 1999 hasta que acabó su mandato de alcalde en 2015.
Eduardo Dolón tiene ahora la ocasión de ser transparente en relación al actual contrato de las basuras que adjudicó el PP en 2004 y que él mismo prorrogó hasta junio de 2016. Como miembro del equipo de gobierno que era desde 2003, Eduardo Dolón debería explicar las razones por las que él y los demás ediles del PP apoyaron la adjudicación amañada del contrato de las basuras a la empresa Acciona que realizó el entonces alcalde Hernández Mateo. ¿Quiénes en el PP asesoraron o ayudaron a ese alcalde para que amañara esa adjudicación? ¿No vieron nada raro en el proceder de ese político corrupto o acaso recibieron alguna compensación a cambio de ser cómplices en esa adjudicación o guardar silencio?
Teniendo en cuenta que nadie se arriesga de forma gratuita a cometer delitos de corrupción que le pueden enviar a la cárcel, ¿sabe el Sr. Dolón lo que Hernández Mateo pudo obtener a cambio de amañar la adjudicación del contrato de las basuras? ¿Alguien más pudo recibir algo?
Cuando Los Verdes presentaron en enero de 2007 la denuncia que dio lugar al proceso judicial del Caso de las Basuras de Torrevieja, ¿por qué, en vez de pedir luz y taquígrafos apelando a la transparencia, Eduardo Dolón y sus camaradas cerraron filas en defensa del alcalde corrupto? ¿Acaso temían que el cacique les excluyera de las listas electorales municipales?
En octubre de 2013 el Tribunal Supremo ratificó la condena al exalcalde Pedro Hernández Mateo a tres años de prisión y 9 de inhabilitación para ejercer cargo público por los delitos de falsedad en documento oficial y prevaricación. El amaño del mayor contrato municipal y el ingreso en prisión de un alcalde por corrupción es la mayor vergüenza política ocurrida en Torrevieja desde el franquismo. Pero Eduardo Dolón, que en esos momentos era el alcalde del PP gracias a la designación de Hernández Mateo, se olvidó de defender los «intereses generales de Torrevieja y de los torrevejenses» que habían sido pisoteados por la corrupción y, en compañía de sus colegas Albaladejo y Pizana, firmó y recogió firmas en noviembre de 2013 pidiendo el indulto para su corrupto jefe.
En el mandato municipal 2011-2015, según la Sindicatura de Cuentas, el equipo de gobierno del PP de Eduardo Dolón pudo haber rescindido hasta en tres ocasiones el contrato amañado de las basuras tras los “incumplimientos sustanciales y reiterados” de la empresa adjudicataria. Pero lejos de rescindir este contrato a sus ocho años de vigencia, cuando se tuvo constancia judicial de su ilegalidad en el año 2012, lo que hicieron Eduardo Dolón, Albaladejo, Luisma Pizana y compañía fue posibilitar que cumpliera sus diez años de vigencia y aprobar sendas prórrogas por dos años, el plazo máximo contemplado en el contrato firmado en 2004.
La pregunta que cabe hacer es si todo esto lo hicieron por su altruista amor hacia la gestión privada de las basuras, por su simpatía con la empresa Acciona o por el inconfesable comportamiento habitual del PP con la gestión privada de las basuras en la Vega Baja.
Que Eduardo Dolón diga que «con su sectarismo y su odio a cualquier gestión que viniera realizando el Partido Popular están jugando con el pan de muchas familias de Torrevieja”, además de dejar patente una vez más el lenguaje guerracivilista del PP, es una solemne majadería. ¿Hay sectarismo y odio en quienes denuncian las prácticas corruptas en la gestión que llevaron a la cárcel a un exalcalde corrupto o en quienes plantean que es más rentable para el municipio tener un servicio público de basuras?
Al PP, que tanto esmero pone en el amaño de los contratos de las basuras para beneficio de determinadas empresas y empresarios amigos (e incluso del interés propio vía mordidas), al PP, que ha destruido los derechos y los salarios de los trabajadores, de pronto parece importarle la situación de los trabajadores de la contrata de la basura…. hasta que éstos han dicho públicamente que están mayoritariamente de acuerdo con la municipalización del servicio propuesta por el alcalde José Manuel Dolón.
Y como la realidad no les gusta, salta el vocero de turno del PP con más tonterías. Así, el edil Luisma Pizana dice que «el presidente del comité de empresa politiza el debate». Pizana, que lleva toda su vida viviendo de la política, aún no se ha dado cuenta de que el debate sobre el modelo de gestión de las basuras es un debate político y que el personal y los representantes sindicales tienen derecho a expresar su opinión. Da vergüenza que la Diputación de Alicante le pague un sueldo anual de 50.000 euros por dedicarse a decir chorradas.
Pero lo que ya es inadmisible es que el PP asegure que los trabajadores están «coaccionados». Aún piensan que los torrevejenses son tontos y no conocen el percal de quienes durante los 28 años que mandaron en la ciudad se dedicaron a perseguir y a marginar a los funcionarios y a las personas que no eran de su cuerda y a enchufar a sus familiares y amiguetes por todos lados.
Lo que resulta obvio es que la municipalización de las basuras es actualmente el mejor antídoto contra la corrupción en Torrevieja. No es una opción de derechas o de izquierdas, sino una simple cuestión de decencia política; esa decencia de la que carece el PP local.
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