Por el humo se sabe dónde está el fuego

Era aproximadamente la una de la madrugada en North Kensigton, Londres, lugar muy respetable y abarrotado de gente con algunas libras de sobra, disfrutando de una nocha tranquila, hasta que, de repente, se produce una inesperada explosión de un frigorífico. ¿Un frigorífico? Según los expertos y su experiencia, si el bloque/torre de viviendas, de 24 pisos, estuviera regularizado, como debería estar, los residentes en dicho bloque tendrían una media hora, treinta minutos, para escapar sanos y salvos, pero, según testigos, una vez la explosión ocurrió, el fuego se extendió como una exhalación por el resto de las viviendas, no dando tiempo ni a los bomberos o residentes a escapar del tremendo infierno que se desarrolló en pocos minutos.
Se oían los gritos de dolor y desesperación de los inquilinos, por los cuales los bomberos y sus equipos hacían lo posible por salvar vidas y ofrecer tranquilidad a los afectados.
Oíamos las declaraciones de muchos afectados y testigos, algunas muy contradictorias, especialmente la de un hombre de color que manifestaba que el fuego se había producido en un cuarto piso, pero que el humo, después de unos pocos minutos, estaba, al parecer al otro lado del bloque. ¿Estaba mareado ese testigo? ¿Era verdad lo que decía? Los investigadores deberán estudiar esta terrible situación, porque, de la forma rapidisima en que el fuego se extendió, debió haber sido debido al ineficiente material, inflamable o no, usado en la reciente renovación en 2016 del bloque/torre de viviendas o, desgracidamente, un terrible accidente. ¿Intencionado? Nada es imposible, pero la decisión estará en manos de la Policía o los responsables de la investigación.
Voces y greitos de niños/niñas pidiendo auxilio, voces de sus padres, voces de estudiantes y trabajadores atrapados esperando la ayuda y llegada de los bomberos. Se oyeron también las voces de algunos bomberos diciendo a la gente que no salieran de sus viviendas… pero el Fuego se había propagado por toda la torre. Una desgracia, una tragedia humana, que, si las cosas se hubieran hecho bien, podría haberse evitado.
Muchas muertes, muchas lágrimas, mucho odio creado sin necesidad, muchas familias ahora abandonadas y sin posesiones ni historial familiar porque todo se quemó.
Ahora solo queda la tremenda huella del dolor y su sufrimiento, la larguísima cura mental y física de los familiares, y esperamos que con la investigación a llevarse a cabo por la Policía se descubra la causa de la tragedia y los culpables sean juzgados y penalizados por su ineficiencia y carencia de humanidad y dolor, incluyendo a los politicos que ignoraron peticiones de los inquilinos por irregularidades en el bloque.
El Gobierno inglés ha ofrecido a los afectados varios millones de libras y los vecinos están colaborando con comida, vestidos, mantas y dinero.

José Antonio Rivero Santana

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*