Normalmente no suelo escribir de aspectos engorrosos, pero esta quincena me voy a tirar a la piscina sin manos y puedo quedar sin dientes. Pero que no sirva de precedente. En cuanto al embrujado sueldo que percibió nuestro congresista y que el TSJV ha dictado fallo de que el Pleno donde se aprobó la compatibilidad de ser concejal con exclusiva, más las actividades externas, queda totalmente anulado, las voces no se han hecho esperar y tiran con balas de las que hacen pupa. Ahí está el edil de Izquierda Unida que va a pedir en un Pleno que el dinero retribuido por el congresista en cuatro años sea devuelto por todos los que aprobaron la compatibilidad dichosa, y que tampoco saldrían a tanto, vaya. Y, por otro lado, el partido del alcalde, Compromís, iba a reprobar en el Congreso de los Diputados la actitud del congresista torrevejense, que, dicho sea de paso, también son palabras mayores, aunque no sirvan para nada, ya le digo yo. Una vez que la pasta entra en la «buchaca» ya es difícil que salga, al menos, sin tormenta. Intuyo que aquí va a haber tormenta de invierno. A todo esto, queda que se pronuncie el Pleno de la actual Corporación, y que los socialistas digan algo y no mantengan su silencio de los corderos particular, que al menos ya tienen alcaldable seguro para los próximos comicios. Yo creo que Quino, el maestro Quino que nos ha dejado, y que tenía una lucidez y muchos gramos de ironía (con la que comulgaba este escribidor tantas y tantas veces) para estas cosas y otros menesteres, se lo estará pasando pipa, relajado, allá donde quiera que esté, con todo este lío del congresista nacional. Quino le hubiera mandado los leones de la entrada al Congreso para asustarlo, seguro.
Por otro lado, y en otro orden de cosas, como mortifican los periodistas con ese latiguillo, en breve vamos a estrenar contrato importante para el mantenimiento del alumbrado público, un servicio básico que lleva años y años y años y más años sin renovar toda su red, una red obsoleta cuanto menos y con unas deficiencias brutales, y que lógicamente estamos padeciendo todos. Mi jefa Cris ha llevado a buen puerto este espinoso asunto, así que mi enhorabuena, y no es por peloteo, sino porque lo ha sudado, que lo sé por haberlo vivido y sufrido en mis propias carnes con los dichosos partes de incidencia. Y ya no escribo más esta quincena, que estoy un tanto cansado y aburrido de tanta frivolidad… Que tengan una buena quincena, amadísimos lectores.
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