Las urnas han hablado, los ciudadanos han decidido democráticamente -además, con una más que aceptable participación-, en las pasadas elecciones municipales, que son las que más nos afectan de forma directa. Sorprendente y contundente. Sorprendente porque, en principio, hablar de mayorías absolutas ya estaba casi descartado. Pues no. Contundente porque un poco más y el PP se sale de la tabla. Dicho lo cual hay que dar la enhorabuena a los vencedores, y también a los que han vencido menos porque llega la hora de la reestructuración. Izquierda Unida, Sueña, Los Verdes y el Psoe han de reconsiderar sus futuros marcos de actuación e incluso rejuvenecer sus filas. Buena noticia la de Los Verdes, dando ese paso a un lado. Buena noticia sería el replanteamiento de Izquierda Unida e incluso de Sueña, que seguro que lo tendrán en sus próximas reuniones. Más difícil está la situación de los socialistas con sus cosas internas, con sus filias y fobias, con sus malas artes en general para ir construyendo puentes. O sea, que casi todo está claro, menos el porvenir de los socialistas. Ahora viene una nueva etapa en la que se va a gobernar sin fisuras, sin tener que contar con ninguna otra fuerza política para sacar adelante la ciudad, una ciudad que necesita un gran empujón, mucha imaginación, y, por supuesto, grandes dosis de aunar esfuerzos hacia un objetivo común: proporcionar alma a esta ciudad que se encuentra un tanto deprimida. Estoy convencido de que todos van a dar lo mejor de sí para construir, aunque algunos tengan enormes ganas de destruir. Pero ésa ya sería otra película. Enhorabuena y a trabajar.
«O sea, que casi todo está claro, menos el porvenir de los socialistas».
Porvenir y socialismo es oxímoron (en latín, «contradictio in terminis»)