La Pasión según San Mateo y la vara de mando municipal

Suena Bach por los altavoces. Todo lo que diga después de esta frase será irremediablemente mediocre con respecto a este instante en que «La Pasión según San Mateo» deja su reguero de notas y emoción en el aire. La música es la más agradecida de las artes, junto con el cine y la fotografía. Y digo esto en el sentido de la inmediatez y el número de veces que podemos disfrutarlas.
Por contraposición, la literatura sale perdiendo en esa comparación. Leer, por ejemplo, «Moby Dick», implica un esfuerzo en el sentido de tiempo que, por el contrario, la música no tiene. Podríamos disfrutar cada día de «La Novena» de Beethoven o de «La Flauta Mágica» de Mozart en cualquier instante, casi en cualquier lugar. Pero leer «Ulises» de Joyce o «Cien años de soledad» de García Márquez podemos hacerlo un número considerablemente menor de veces a lo largo de nuestra vida. Alguien podría decirme «y… ¿qué más da?». Y le doy absolutamente la razón. «C’est la vie».
Y apareció la vara de mando municipal. Así de pronto, igualito que ha aparecido en estas líneas. De improviso. La vi. Estuve presente en el pleno de constitución. Y estuve también en la toma de posesión de José Manuel Dolón en 2015. Y allí no apareció la vara por ningún lado. Me dicen, me cuentan, se rumorea que ha estado estos últimos cuatro años en el Camarín de la Purísima.
Tal vez sí, tal vez no. Lo cierto es que, en 2015, José Manuel Dolón no la tuvo y, en 2019, Eduardo Dolón sí. No creo en las casualidades, y soy ferviente defensor de las causalidades. Y no dejo de tener la sensación de que ni aquella desaparición ni esta sorpresiva aparición de la vara de mando, investida de toda la parafernalia y representación del «poder» municipal, es del todo inocente. Y tiene tras de sí la idea de que sólo tiene legitimidad «espiritual» y política de gobernar Torrevieja el Partido Popular.
Hay una forma distinta de gobernar y el Gobierno municipal del mandato anterior así lo puso de manifiesto. También hay una forma distinta de hacer oposición. Que desde luego no será esconder ni el bulto ni la responsabilidad.
Y sigue sonando «La Pasión según San Mateo» de Bach. Y sí, todo lo que venga después no estará a la altura de este momento.

4 comentarios

  1. Viva el dogma de la purísima concepción de María que nos trajo tan sublime Salvador: Jesús, el Señor.

  2. Rodolfo, inventas tópicos y te recreas en otros ya muy manidos y ajados. Quizá te estén abandonando las musas. Algunos artistas, llegado momento similar, las azuzan con alcohol o con drogas psicodélicas. Tu no lo hagas, por Dios. Te queremos fresco y espontaneo. Pero valora cuatro años sabáticos. Tendrían el mismo efecto que el barbecho de los terrenos, que les hace recuperar las fuerzas y el vigor.

    ¿Qué tendrá que ver el bastón de mando del Alcalde o manípulo con el camarín de la Purísima? Nada, obviamente. Y si no te convenzó con esta negación tajante e insustanciosa que expreso, vete a que te convenzan los alcaldes golpistas de los municipios catalanes que la usaron recientemente con profusión. Se las llevaron hasta Bélgica para ofrecérselas al Tejero catalán, al Franco de la butifarra, al Pinochet del flequillo; si, se la ofrecieron a Puigdemont, compañero de golpes de estado de Torrá, quién, a su vez, es socio de la cancerosa ERC, con cuyo grupo parlamentario está llegando a acuerdos el pelele de Sánchez, tu Jefe. Toda esta amalgama independentista, izquierdosa la mayoría, no tiene dios y menos virgen, ni camarín, pero sí bastón de mando, que no sé donde guardarán, pero sí donde les recomendaría que se lo metieran ungido de laica vaselina.

    Te embadurnas con otro topicón o topicazo cuando dices que «hay una forma distinta de gobernar». Te lo consiento, aunque yo no me quedaría con que hay una forma, cuando hay otras muchas. Ahora bien, parece mentira que no estés al tanto de que los votantes de Torrevieja no han querido esa forma de gobernar que argulles. A los torrevejenses nos gusta la vara, y el camarín, y la Purísima, y tener el pueblo limpio, y las Sevillanas, y palomas pa’tos. Pero, sobretodo, que no les enreden con historias para no dormir. Por contra, a los torrevejenses no nos gusta Valencia ni el valenciano, con tolerancia, y muchísimo menos el pancatalanismo que impulsa tu querido Ximo.

    Rodolfo, déjate de Bach y de Boch, y ponte a trabajar en las tripas de tu partido. No olvides que la izquierda gobernó ese paréntesis desgraciado por el contubernio pentapartidista. E igualmente no olvides que a nadie conviene un PSOE desolado.

  3. Muy mal: «Argulles» por «Arguyes». Empero lo que no te perdono es que compares a los golpistas catalufos con el Caudillo. Sencillamente demencial.
    Roberto, pareces un peperico acomplejado; tú no te apellidas Alcázar, ¿verdad?.

  4. Sr. No, además de corregirme la falta ortográfica, que me parece adecuado, no aportas nada, ni interesante ni no. Por favor, abstente de no decir nada.

    Por otra parte, me gustaría que me dijeras que cambiaría si te confesase que soy «peperico» o que no lo soy. Que soy socialistico o que no. Popucomunista o no.

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