Incoherencias, muchas incoherencias, estamos viendo con motivo de esta situación derivada de la pandemia mundial de Covid-19. Es evidente que debemos incorporar a nuestra vida diaria medidas de seguridad, pero deberían incorporarse en la misma proporción para todo el mundo. A la vista del panorama actual, nos surgen innumerables dudas, como, por ejemplo, por qué los trabajadores esenciales de supermercados, fuerzas de seguridad, limpieza, etc. pueden estar trabajando desde el primer día, con sus correspondientes medidas de seguridad, pero expuestos, en muchos casos, a gran número de personas a su alrededor, y otros servicios todavía no prestan atención al ciudadano, como la Tesorería de la Seguridad Social en Torrevieja, lo que motivó en recientes días una protesta ciudadana. Tampoco se sabe muy bien por qué las normas impuestas a los niños son todavía más duras que debe seguir la población general, ya que a la ciudadanía se le permite no usar mascarilla en la práctica deportiva si se guarda distancia de separación, por los posibles riesgos respiratorios que puede entrañar su utilización; y, sin embargo, en colegios de Torrevieja se está imponiendo el uso de mascarilla en las clases de Educación Física, aun guardándose dicha distancia. Por otra parte, también está el «plus» del gasto familiar en mascarillas, sin bajada de IVA y sin posibilidad de subvención. Y, al final, quienes salen más perjudicados son los más vulnerables. Esperemos que, con el paso del tiempo y la normalización de la nueva situación, se puedan tomar en todos los sectores medidas homogéneas, sensatas y alejadas del pánico irracional. En Torrevieja ya estamos empezando, y hemos demostrado que se pueden organizar conciertos, eventos y hasta fiestas populares sin que suba significativamente la incidencia. Tomemos ejemplo para otros ámbitos.
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