Te fuiste tan de repente, sin habernos pedido una cita, ni tan siquiera estaba en los planes…
Se te piensa constantemente.
Aún cuando sopla el viento, que pienso que es tu torbellino que me envuelve con tu velo.
Sin sacarte de mi mente ni siquiera por un momento.
Desearía que me abraces, «hasta eras dura con eso», solamente un instante, para decirte: Te quiero, mamá.
Porque mi ser desvanece, necesitando ese amor que por años se fue desvaneciendo, enloqueciendo mi ser, y aún veo increíble el irte así de repente.
Graciela
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