Valor y valentía en la vida y obra de Miguel Hernández

La ambigüedad en algunas palabras ayuda con frecuencia a descubrir su verdadero sentido, que se deducirá del contexto en que se haya querido utilizar. Baste con mirar en cualquier vocabulario el significado de «valentía» o de «valor» para caer en la cuenta del cuidado que habrá que tener en sus usos, al contrastar las dos ideas que compaginan el tema de esta crónica sobre el pensar humano.
Me va a tocar el lanzamiento de la personalidad del poeta oriolano en el mundo británico a través de las diversas conexiones que ofrece la Universidad de Cambridge a lo largo y a lo ancho del planeta por medio de la Asociación de Antiguos Estudiantes o «Alumni», que nos vamos a reunir en la universidad inglesa durante el mes de julio del presente año, introduciendo los temas que interese compartir. Me sugirieron presentar lo que supone la celebración del centenario del poeta, que logró expresar valores humanos y que lo hizo con valentía. Séneca reconocía que ser valiente implica la ambición de exponerse a los peligros que supone ser consecuente con los valores morales, que es lo que especifica a Miguel Hernández como poeta de lo vivido.
Hace unos días, Aitor Larrabide, de la Fundación Cultural Miguel Hernández, me envió un texto sobre las preparaciones que se van a llevar a cabo al celebrar en 2010 el centenario del poeta, de la ciudad de Orihuela y de su huerta. Se describen las efemérides como la mejor oportunidad para dar a conocer su legado histórico a través de la figura de Miguel Hernández como poeta de lo humano. Ciudad y poeta harán que se reconozca su obra como universal a nivel de toda Europa, esperando igualmente que su conexión con la Universidad de Cambridge sirva para darlos a conocer en el mundo anglosajón.
Será esta interacción entre el personaje, su obra y su legado lo que demuestre la validez de la lírica de un poeta que reflexionó más que sobre sí mismo sobre lo que le rodeaba, cuando hasta simples objetos como una higuera se elevan al nivel de pura poesía. W. von Humboldt había observado que «tienen que ser las relaciones con otros seres humanos lo que dé valor y sentido a todo quehacer humano», siendo la temeridad el peor enemigo, que puede dar al traste con toda la labor de una vida. Nuestro Calderón de la Barca había amonestado en este sentido para que se nos respete sin temernos: «El valor tiene que ser hijo de la prudencia y no del deseo de eternidad».

HECHOS Y DICHOS
No se puede juzgar del valor de una persona que no ha estado en peligro.  Wilhelm von Humboldt

ENSEÑANZAS DE CONFUCIO
Quien tenga perfecta bondad posee valores, pero el valiente no es necesariamente bueno.

1 comentario

  1. pues me parece q miguel hernandez era una persona super amante a la literatura y tenia myuchos valores

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