» El colegio ELIS Villamartín dispone ya de cinco menús diarios diferentes para adaptarse a los distintos cánones nutricionales, regímenes vegetarianos, alergias, dietas específicas y condicionantes religiosos
» Los expertos advierten un efecto imitación por parte de los alumnos de los hábitos alimenticios que se mantienen en sus casas
El 28 de mayo se celebra el Día Nacional de la Nutrición, una iniciativa de la Federación Español de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) en la que se pretende resaltar a la población la importancia de adquirir hábitos alimentarios saludables. A este respecto, son muchos y de muy variado origen los condicionantes que deben cumplir las cocinas de los colegios para atender las necesidades del alumnado, sean cuales sean éstas.
El colegio ELIS Villamartín, situado en la localidad alicantina de San Miguel de Salinas, cuenta por ello con hasta cinco menús diarios diferentes, valorados y supervisados por una nutricionista cualificada. El centro realiza la propuesta mensual que esta profesional valora siguiendo rigurosos estándares y recomendaciones nutricionales en cuanto al porcentaje que debe tener cada menú de proteínas, hidratos de carbono y otros nutrientes, teniendo siempre en cuenta el público al que va destinado. En caso de cualquier desajuste en un menú, ella realiza la oportuna propuesta y corrección para cumplir siempre los requisitos más exigentes.
El colegio dispone de un menú genérico, otro vegetariano, sin gluten, sin pescado y sin lactosa, pero también dan cabida a dietas especiales por alergias o intolerancias, así como por motivos religiosos, dietas sin cerdo o sin ternera, todo ello siguiendo un escrupuloso proceso de elaboración y conservación para evitar contaminaciones cruzadas de alérgenos.
Aunque la mayoría de alumnos disfrutan del llamado “menú genérico”, en los últimos años se ha registrado un incremento considerable de solicitudes del menú vegetariano. “Los niños suelen imitar lo que ven en casa, y es evidente que la dieta vegetariana, con sus diferentes variantes, es la que más ha crecido en nuestra sociedad y por tanto en nuestras familias en los últimos años”, señala Rubén Lopez, chef del colegio.
EDUCAR EN SALUD
Los niños son amantes, sobre todo, de los platos precocinados, rebozados y fritos, “pero nosotros luchamos por hacer un menú saludable y a la vez apetecible. Es, digamos, el eterno debate”, explica Rubén.
Por ejemplo, los niños prefieren el pescado que se les presenta frito, que se consume más que si se le da hervido o al horno. “Ese es el reto al que nos presentamos tanto nosotros como sus propios padres en casa: el equilibrio necesario entre lo más apetecible y lo más recomendable, lo que significa reducir fritos y grasas”.
Una educación de calidad requiere una alimentación de calidad, y por eso en ELIS se utilizan las mejores materias primas para poder ofrecer menús variados y equilibrados. La comida se elabora de forma casera en la propia cocina escolar. En el centro hay una gran diversidad de nacionalidades, más de 35, por lo que sus preferencias suelen diferir acorde a ellas, aunque siempre coinciden al preferir comidas “divertidas” para ellos.
Educar y orientar a los alumnos hacia una alimentación sana y variada con menús equilibrados es un objetivo que ELIS considera fundamental para el correcto desarrollo y bienestar de sus alumnos. El centro dispone de la última tecnología en maquinaria de cocina para optimizar los rendimientos tanto de personal como de materia prima y de eficiencia energética. Además, a lo largo del programa PSHE (tutoría) docentes y alumnos discuten sobre estilos de vida saludables, y esto incluye la importancia de una dieta equilibrada.
El equipo de cocina y limpieza está compuesto por 11 personas, que se sienten y son plenamente parte del colegio y responsables en su parcela de la educación de los alumnos. “Al fin y al cabo, educar a los alumnos a consumir una dieta variada, a renunciar a caprichos en beneficio de su salud, a disfrutar comiendo lo que más les conviene, es un beneficio que incorporarán a toda su vida en el colegio y más allá”.
“Los menús se adaptan a las estaciones, siendo más frescos durante los meses de septiembre, mayo y junio, aprovechando siempre las frutas y verduras de temporada. Tenemos la suerte de vivir en una zona de huerta reconocida internacionalmente, y eso se debe notar en los menús”, destaca su chef poniendo en valor la capacidad productiva de la Vega Baja.
Como decía el Profesor Grande Covián: «un poco de todo y mucho de nada». ¡Y ya!