Por fin parecen estar llegando malos tiempos para los maltratadores. Ya es hora de que esos «personajes» que van por ahí de «machitos» intentando amedrentar a las mujeres en cuanto ven que destacan en algo empiecen a salir a la luz. Hay demasiadas víctimas ya en el camino, mujeres que perdieron su vida y otras su autonomía o su autoestima, debido a la prepotencia y soberbia de unos seres que, no nos engañemos, no son diferentes, ni van con un cartel anunciando su «problema», son personas normales, de las que nos encontramos cada día en la calle, en el mercado o en algún puesto de relevancia. Quizá algunos les veamos como buena gente, porque no les conocemos en la intimidad, donde sale su verdadera cara y su personalidad enfermiza. Los hay sobre todo en la clase media-alta, bien situados y que aprovechan sus puestos para vejar más aún a sus víctimas, haciéndoles sentir inferiores e inútiles. No merecen el respeto que ellos niegan a los demás, ya que suelen ser machistas y clasistas, desprecian a las mujeres -a quienes consideran inferiores- y a todo cuanto ellas puedan hacer de bueno.
Aún queda mucho por recorrer, pero siempre es bueno que se pierda el miedo y empiecen a salir a la luz los casos en los que cada cual se retrata, para que se puedan evitar, en lo posible, más muertes, secuelas y vejaciones, que son tan peligrosas y traumáticas, ya que dejan a las víctimas marcadas de por vida.
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