Todo ha sido llegar el otoño y empezar a florecer la nueva programación de todos los canales, para regocijo de todos los que nos gusta meternos con lo que se cuece en las pantallas de nuestras televisiones. En otras entregas hablaré de las novedades, pero por lo reciente y por lo impactante de esta edición os hablaré de «Mira quién baila».
Desde luego, es la edición en que los personajes que se enfundan en esos ridículos trajes para dar unos pasos de baile son la pera, léase la Obregón, el «viudísimo» Ortega Cano, la «polla» Terelu, la «loca» de los Morancos, Miss España 2006, Julio Salinas y Manuel Banderas.
Hay que reconocer, y el que viera el programa me dará la razón, que las tablas y el ritmo de Ana Obregón no lo tenía ninguno del resto de participantes, pero le pierde su boca y sus poses de diva. Hubo momentos en que dejó hasta sin palabras a la presentadora, Anne Igartiburu, porque es como el conejo de «Duracell», que si no le quitas las pilas, no para.
Terelu también se defendió con un pasodoble, frente al sosainas de Ortega Cano. Pero tener un nombre no lo dice todo. En la votación del público, se vio la fama y la antipatía que la gente siente por ciertos personajes, no tiene nada que ver con cómo lo hagan. En la primera gala ganó Manuel Banderas, el mejor de los peores.
Otro punto filipino es el tema de las donaciones que hace el personaje ganador a una ONG, al que se le llena la boca de elogios para dar pena de la situación de esa institución. Puro fariseísmo, lo que deberían hacer es quedarse el ganador con la miseria que dan de premio y el resto que lo donen a sus respectivas asociaciones, el caché que tienen por participar, que según «radio macuto» asciende a unos 60.000 euros por gala. Por ese dinero me bailo yo la danza del vientre boca abajo y en pelotas. ¡Anda y que les den!
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