Como contribuyente torrevejense y, si ustedes quieren, como contribuyente del Estado, digo que es una vergüenza ajena el funcionamiento en la atención sanitaria en el ambulatorio de El Acequión, en algunas áreas. La última: el 7-10-2010, el que firma este escrito solicita en mostrador el día para ponerse la vacuna antigripal y me convocan para ponerla el 28 de octubre, es decir, que hay que esperar veintiún días para ponerte una vacuna que tardan un minuto en inyectar. De vergüenza. En el tema de rehabilitación, mucho peor. Desde el 15 de julio que paso consulta con el médico rehabilitador y que me remite al servicio de rehabilitación, aquí estoy a día 29 de octubre, esperando a que me llamen para recibir las sesiones mandadas por el médico. Es decir, que llevo más de tres meses en lista de espera. Me acerco en este tiempo tres veces para ver cuándo me pueden dar esos ejercicios y me dicen los «fisio» que hay que esperar, pues, por lo que se ve, hay una lista de espera de escándalo. De vergüenza. Quiero denunciar públicamente la situación de este servicio de rehabilitación en el Centro de Salud de El Acequión; un servicio tercermundista súper saturado, con unos profesionales desbordados y estresados al máximo. Todo, en un lugar pequeño y lleno de pacientes, donde se pone en cuestión la palabra SANIDAD. Que quede claro que los trabajadores y sanitarios no tienen culpa de esta situación, pues bastante tienen que apechugar con el día a día, y que, en estas condiciones, la calidad de su trabajo deja mucho que desear profesionalmente, debido a las condiciones negativas en que tienen que trabajar. Ya me gustaría saber en qué condiciones laborales están estos profesionales que, a lo mejor, si reclaman algo, les dicen: «no, venga usted mañana». Ustedes ya me entienden, la precariedad laboral y los contratos basura que son los que se llevan hoy día. Los culpables de este deterioro de la Seguridad Social son los individuos puestos a dedo por los gobernantes de turno, que juegan con la salud de los ciudadanos al aplicar políticas que sólo tienen el objetivo del beneficio privado, donde la ética y la moral no existen. De vergüenza. Los culpables de este deterioro son «elementos» que nunca van a un ambulatorio, pues tienen sus clínicas privadas que, encima, se las pagamos todos los contribuyentes con todos nuestros impuestos. Vamos, que tiene guasa la cosa. Estos burócratas que recortan plantillas, que no cubren vacantes en el conjunto de la Seguridad Social y que contribuyen a que se deteriore este derecho universal de la Sanidad Pública, y que es motivo de que muchos enfermos tengan que ir a clínicas privadas, debido a las largas listas de espera, con el perjuicio económico para muchos pacientes; estos «artistas», que privatizan la Sanidad Pública en su beneficio, tienen sueldos de escándalo y son los responsables de todo esto. También quiero denunciar la actitud contra los desplazados que vienen a Torrevieja con todos los derechos como afiliados a la Seguridad Social, y que vuelven locos con tantos trámites administrativos. A ver si de una vez por todas pasamos de la resignación a la acción y los afiliados a la Seguridad Social ponemos a toda esta gente, «propagandista» como que esto es «jauja», en su sitio. ¿Hasta cuándo? Al tiempo.
Gerardo Garrido
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