«Mens sana in corpore sano», Hipócrates de Cos
Estaba pensando esta mañana sobre las dos cosas que más nos pertenecen y que debemos proteger: la salud y el tiempo, si bien éste último ha de servir de control a su congénere.
Pero, una vez más, me ha servido de pauta el Google, ¡ah!, y la memoria de lo que me ha ido bien o mal. Mas cuando pienso que los chinos, como recomendaba su filósofo Mencio, se comen a los canes para mantenerse en forma y que su astronauta Shenzou lo hizo para observar mejor el universo, me produce terror tener que refugiarme en los dictámenes de los especialistas. Hipócrates de Cos fue uno de ellos y se explayaba en determinar el valor de lo que ingerimos: «que tu alimento sea tu mejor medicina». Había nacido en la isla de Cos, en pleno Mediterráneo, y se corría que estaba emparentado con el dios Esculapio, quien dictó las reglas del sano vivir. La enfermedad sería, según los médicos de entonces, un desequilibrio meláncólico o negro en la sangre que habría que curar con mejunjes de hierbas y mucha paciencia, y Platón les cita con frecuencia, anotando que el equilibrio mental era paralelo al de la salud; estas filosofías resurgen de nuevo con los herbolarios, que distribuyen energía más próxima a la Naturaleza que las proteínas del consumo, siempre bajo el lema de «ne quid nimis» (sin pasarse).
Es difícil saber quién fue el primero en utilizar el blog «Mens sana in corpore sano», aunque los historiadores lo encontraron en las Sátiras de Junio Juvenal, del primer siglo de nuestra era, para quien la salud mental sería más rara de encontrar que un cuervo albino. Pero ahora el lema de «mens sana» se está convirtiendo en la Wikipedia de las cabinas de sauna o de las carreras de camiones, con el frenesí de llegar con vida a la meta más peligrosa. Yo, en cambio, he preferido comer esta mañana un buen trozo de chorizo pamplonica, acompañado de medio vaso de chacolí euskaldún, pensando que no había que abusar de las medicinas, y Aldous Huxley no se aparta mucho al observar que «la investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano».
HECHOS Y DICHOS
Casi todos moriremos de los remedios, más que de las enfermedades. Molière.
MEDICINA TRADICIONAL
Los mejores médicos son el Dr. Reposo y la Dra. Dieta, de la botica del Buen Humor.
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