Comparemos la obra del gran pensador de la llamada Generación del 14, «La rebelión de las masas», y el pensamiento actual del también pensador Peter Sloterdijk. Entre la obra de Gasset y Sloterdijk parece como percibirse cierto eco conceptual. Ortega en «La rebelión de las masas» presagia el imparable «Hombre masa», el hombre trivial, ignorante y sin elevación, producido por el aumento de riqueza, sin proyecto vital, que se cree tener todos los derechos, ninguna obligación. Sloterdijk piensa en el hombre como mediocridad insatisfecha, semi-depresiva, con una vitalidad autómata, con una vitalidad atontada. Necesita de la droga en un intento de su explicación estructural, de la trivialidad. Volviendo a Ortega, también acuño la famosísima frase «Yo soy yo y mis circunstancias, y si no…». La circunstancia, la realidad exterior en que se desenvuelve la vida del individuo, limita a éste, crea un conflicto o tensión dramática entre la necesidad impuesta por las cosas y la libertad anhelante de la persona, porque la vida es tragedia o drama. Vivir es estar en el mundo, dirigirse a él y actuar en él u ocuparse de él.
Al no afrontarlo, cae en el fatalismo para externalizar un determinismo justificador de su alcoholismo. Se dice «ahora lo comprendo, se mire por donde se mire, las «circunstancias» son adversas y busco refugio y solaz en la felicidad sintética del alcohol».
Con Sloterdijk, desde su cátedra filosofal, la droga psicotrópica, como el alcohol, es la huida. Pero, ¿cuál sería el desenlace de esta huida? Ojo, el alcohol también significa tóxico.
El Ruralico
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