A los tiempos litúrgicos importantes se les dice fuertes. Éste de Cuaresma lo es, porque, siendo de oración, austeridad y penitencia, nos abocará inapelablemente a celebrar la Pascua de Resurrección, que es la fiesta por antonomasia del católico. La más grande, porque sin creer en su significado vana sería nuestra fe. Así de rotundo. Así de trascendente. Y, por estas fechas, acomodándonos al silencio que nos debe entrar por los oídos y a ese color morado característico que ven nuestros ojos en casi todas las celebraciones, este paso a paso por los cuarenta días que empezaron a contarse el miércoles de ceniza, nos servirán o no, para sumar puntos en una cartilla individual pero muy singular que deberemos enseñar alguna vez. La poética hondura del misticismo español ya lo tiene grabado: «A la tarde nos examinarán en el amor».
Porque servirá para sumar o restar, según queramos. Esa libertad que capacita al hombre para distinguirse de los otros seres vivos es el más preciado signo que Dios ha puesto en nosotros a su imagen y semejanza. Decidimos y nos hacemos dueños de nuestra conducta, pero al mismo tiempo responsables de nuestros actos. Y es grande la libertad, porque todo lo que hemos recibido de la naturaleza, sentidos, pasiones y talentos, lo podemos utilizar al servicio de nuestra persona y de lo que queremos ser. Ahí es nada.
Veo desde aquí a la Parroquia en marcha y a los grupos que la componen dándose a conocer. En el último Consejo de Pastoral se repartieron fechas y tareas para que durante las semanas de Cuaresma se difunda a la comunidad, que es la gran familia, nuestros proyectos durante los cuatro años que dura un Plan de Pastoral. Por lo pronto, y para este año 2008, el objetivo prioritario es crear ese espacio tan necesitado para conocernos mejor, analizando toda clase de supuestos con su autocrítica si falta hiciera y compartiendo lo que se tenga para paliar las carencias.
Y ya nos han puesto la ceniza en el miércoles así llamado y que antes cité. Y ya tenemos los Vía Crucis vespertinos de los viernes. Y muchas más cosas que ya han sido presentadas por nuestro párroco.
Sin contar ese taller de oración de cuyo funcionamiento se muestra orgullosa la Parroquia. Concepto nuevo ese de taller para todo… Pues también de oración claro que sí. Y la hermana María Teresa, que es la jefa, bien que se aplica y nos aplica. Esta noche, querido lector, sin ir más lejos, nos han felicitado la Cuaresma. ¡Sí, felicitado! ¿Y de qué?
Pues porque nos habla de esa nueva oportunidad que se nos brinda. ¿De qué se nos brinda? Pues de reiniciar un camino con lo que tiene de esperanzador. Porque se nos empuja a no vivir en blanco y negro, sino en los tonos vivos de la reconciliación, dice en sus papeles. ¿Reconciliación con quién…? Descubrámoslo mirando en otra dirección, más allá, más lejos, mas profundo, dice… Conversión, compromiso… Gracias, hermana María Teresa.
JortizrochE
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