LUNES
Siempre nos quedará la CHARAMITA, SAM.
Estuve perdido rebuscando entre el escueto y, para mí, algo doctrinario programa de Fiestas Patronales, alguna actividad que le permitiera a mi cuerpo ponerlo en la posición de fiesta. Poca cosa: ofrenda, misas, procesión, actos de exaltación a la asturianía en Torrevieja y carpa algo melonera con actuaciones de dudoso y aceptable nivel artístico. De todo ello, si me tuviera que quedar con algo, por lo que supone de fiesta, de participación y de autenticidad, me quedaría con nuestra Charamita, el concurso de paellas y el incipiente pero acertado desfile, que habrá que mejorar y trabajarlo en años venideros, pero que me parece una muy buena iniciativa por parte de la Concejalía de Fiestas y de su concejala.
MARTES
Un concurso de paellas que ha experimentado gran auge en estos últimos años entre el colectivo joven. Siempre que llega este día me acuerdo de Francisco Gómez Gómez (Paco «El Mudo») gran torrevejense, buen amigo y precursor de este concurso del que se sentía tan orgulloso, al igual que todas las actividades relacionadas con su dos grandes pasiones: su pueblo y su Inmaculada.
MIÉRCOLES
Recibo la llamada de un buen amigo. Me invita a asistir al último concierto que pone fin al ciclo de Jazz Variations en la vecina localidad de Murcia. Al día siguiente, Carmen Paris y Melissa Aldana suben al escenario del Teatro Circo de Murcia con «Epheminity», ante el entusiasmo de un cuerpo, «mi cuerpo», que esta vez sí se pone de fiestas patronales, aunque sea a unos cuantos kilómetros de la localidad.
Carmen, creadora y transgresora, ha partido de la tradición de la jota para descomponerla con ritmos y sonidos de otros mares y otros continentes.
Por su parte, la chilena Melissa Aldana lleva incrustado en el metal de su saxo melodías antiguas de los maestros pero muy novedosas gracias a su juventud. Gran noche de Carmen y Melissa, arropadas por un cuarteto de músicos que nos transportaron a los clubes de jazz de principio del siglo XX.
JUEVES
Los que no estuvieron para fiestas fueron los concejales del PSOE de Torrevieja al encontrarse, según ellos, marginados y despreciados por la ubicación de su mesa en el salón donde se celebraba la cena y entrega del Premio Diego Ramírez Pastor. Por tal motivo, Ángel Sáez y todos sus concejales/as abandonaron el acto sin llegar, ni tan siquiera, al exquisito segundo plato de la cena. No sé si tendrá razón Ángel Sáez, pero lo que no me parece bien es la forma de expresarlo, pegar una «espantá» de tal magnitud, tener una reacción tan infantil por la ubicación de su mesa en el salón me parece cuando menos desproporcionado y de mala educación. Sin ir más lejos, el Presidente del Casino, D. Ramón Torregrosa, y su señora Dña. Conchita, el médico-anestesista D. José Giménez, el genial arquitecto D. Eduardo Elkous, la médico del trabajo del Ayuntamiento Dña. Rosario Sala y la profesora de filología inglesa Dña. Sonia Ballester, con los que tuve el placer de compartir mesa, estábamos todavía mucho más atrás, vamos, «en el quinto coño», y sin embargo tuvimos una velada amena, divertida y muy interesante. ¡Ay, los egos y los protagonismos!
Y, eso sí, a todos, sin excepciones, os deseo felices y entrañables fiestas navideñas en compañía de todos los vuestros.
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