El Papa de los nuevos ateístas, míster R.D., es el dómine dispuesto a liberar el mundo de imanes, «sabelotodos en hábitos» y guerreros de Dios de cualquier religión. Co-pensadores son Monsieur M.O. y el Signore PO. En España tienen una aceptación sólo residual. A los tres les une un fundamentalismo ateísta asolador, arrastrando a la anarquía, el nihilismo, al vacío del caos. Su lema «no creo y eso es bueno». Los escarceos useños entre «evolucionismo» y «creacionismo» son otra cosa. Aducen que la religión lo envenena todo, que es la fuente de todos los males y violencias del mundo. Que es una cortina de humo para barbaries muchas veces inconfesables.
Algunos pensadores y filósofos de la Ilustración (finales s. XVIII-Revolución Francesa) pensaban que el estado laico, no-religiones, serían la salvación del mundo. Pero la violencia, las guerras continuaron. Las sociedades en sí son conflictivas, propensas a colisiones, guerras o a la simple descomposición interna, siempre inestables. Son rasgos comunes a la humanidad. Pero el individuo subsiste, portador de lo espiritual, el «alma» nucleado en el hombre desde la noche de los tiempos; cimiento de todas las religiones/civilizaciones. La religiosidad es algo íntimo, inalienable, que cada uno la puede o quiere experimentar en su momento. De ella germinan los principios de moral y ética, los principios de soberanía individual, el derecho de las gentes, un conjunto de valores convergentes capaces de unir, buscar amparo y equilibrio mental. En suma, es la piedra angular de lo humano, es el componente espiritual del ser. El ateísmo rompe la fortaleza psicológica del individuo, le aboca a la ansiedad existencial, posiblemente el atajo al alcoholismo. Estudios del psiquiatra S. Kendler y su equipo de colaboradores mostraron que la religiosidad es un factor protectivo de la psique, incluye las depresiones, fobias, miedos, etc. Ofrece, pues, el equilibrio de una calidad de vida absolutamente necesaria para el ser humano.
El Ruralico
Dejar una contestacion