Como este medio, desde el que cada semana escribía para ustedes, ahora sólo se puede editar cada quincena, puesto que la crisis a este paso se lo «lleva al huerto», pues las empresas no pueden mantener el ritmo de publicidad, y los responsables culturales del pueblo tampoco se implican en hacer que un medio de opinión plural se siga manteniendo, aportando publicidad institucional al mismo, pese a que lo hagan con otros medios, aunque no sean de nuestra ciudad; pues se me agolpan los temas para hablarles y comentarles, pero como sólo puedo optar por uno, les hablaré del Especial Mario Conde, emitido el pasado sábado en el programa «La Noria» de Tele5.
Esta cadena, en su empeño por mantener la audiencia a costa de lo que sea, se ha empeñado en «santificar» a personas con el único mérito del robo, la estafa, y lograr riqueza metiendo la mano en el cajón, y ya llevó ante sus cámaras al ínclito Roldán y al no menos «Chorizoman» Julián Muñoz.
En esta última entrega, y previo pago de unos cuantos miles de euros, se montó un especial al, sin duda alguna, próximo «beato», Mario Conde; el mismo personaje que, hace unos años, dio con sus huesos en la cárcel por malversación de fondos, robo, estafa continuada y otros cargos que, por la tecnicidad de los mismos, no entenderían.
En sus casi tres horas de «mística» conversación, y casi recordando a aquel San Pablo de Saulo, que, después de una vida de dictadura y represión, se «cayó del caballo» ante la luz divina, rememoró con vivo interés sus relaciones con Felipe González, el Rey y otros a los que quiso llenar de mierda, desde el primer momento en que puso en marcha el ventilador.
Acusó con una crueldad y una carita de niño «huérfano» al dimitido exministro Bermejo, de ser el causante de la aparición de un tumor cerebral a su señora, la cual falleció, años más tarde.
A la pregunta: ¿Qué cantidad de dinero lleva encima?, contestó, como el que se los gasta en pipas, que llevaba 4 ó 5.000 euros… más que nada, por si surgía algún imprevisto… ¡Joder con el menda! A éste se le pincha una rueda y se compra otro coche.
De lo que no dijo ni mú es de dónde leches tiene escondida la pasta que robó.
Penosos los mensajes que aparecían durante su «pachanga», algunos insólitos, como aquel que le decía textualmente: «gracias Mario, soy un antiguo empleado de Banesto, me despidieron por defenderte…» ¡Con un par…! ¡Hay gente pa «to»! Y yo, a todo esto, me miré al espejo y vi que mi cara estaba roja como una sobrasada mallorquina… y era de vergüenza, ¡vergüenza ajena!, por un miserable que vive a costa de lo que robó a muchos empleados, que encima le ponen «cirios» para iluminar sus miserias.
12-05-09 JUICIO EN BARCELONA POR EXTORSIÓN Y DENUNCIAS FALSAS.
ACUSADOS, RAFAEL JIMÉNEZ DE PARGA, ALFREDO SÁENZ ABAD, Y OTROS.
EL BANESTO DE MARIO CONDE, INTERVENIDO POR EL BANCO DE ESPAÑA.
Rafael del Barco Carreras
Un repaso al desastroso BANESTO de 1994. La sexta jornada del juicio para dilucidar quien y cómo se originó una querella, ampliada y ratificada cuatro veces, con las falsedades que convertidas en indicios criminales condujeron al juez Luis Pascual Estevill a dictar tres autos de prisión, y retirarlos tras cobrar 50 millones de pesetas, con la presunta complicidad del abogado externo del banco, Rafael Jiménez de Parga, multiplica las falsedades y mentiras de todo el proceso, entrecortadas por el “no recuerdo”.
Primer testigo, el sicoterapeuta del administrador de Harry Walker, González Mestre, que tras pasar tres días en la cárcel y la posterior “suspensión de pagos” de su grupo cayó en profunda depresión, y pedía 300.000 euros de indemnización. Por suerte corta declaración seguida de la desgraciada testificación de seis cargos de aquel Banesto. Jubilados, prejubilados o despedidos. Casi, o todos, letrados del Banco. Por el momento me ahorraré nombres por si se me escapan descalificaciones que los seis se merecen. Lo único claro a un oyente imparcial, inexistente, era que Alfredo Sáenz Abad, presidente del banco y actual segundo de Emilio Botín, ni intervenía ni sabía que se cocinaba en una Mesa Calificadora Central, que tampoco calificó nada. Si nombres y cargos se pasaban responsabilidades cargando a ausentes, por las cartas cruzadas entre sucursal y central respecto al grupo Harry Walker, para Banesto Grupo Olabarría, en Madrid pedían datos que nunca llegaron. Situación justificada en un bucle de preguntas e ininteligibles respuestas que el Presidente de la Sala interrumpió por reiterativas.
Una anécdota, el pago de una factura al Bufete Jiménez de Parga por 3.500.000 de pesetas por unas investigaciones (sin precisar) de una agencia llamada INVESTIGATION BOUREAU, propiedad de los Jiménez de Parga. Otra, la presencia en el asunto, también sin precisar, del difunto Ramón Guardans, prohombre barcelonés nieto del gran CAMBÓ, presidente del Comité Regional de BANESTO, que acabaría mal por cuestiones crediticias con su propio banco.
Todos colapsados en su labor en el banco, la cifra de morosos pasaba de los 300.000 millones antes declarados a 700.000 con un 30% en Barcelona. Oyendo a aquellos ex cargos, pidiendo a gritos un psiquiatra o psicólogo para centrar su personalidad y circunstancias en aquel BANESTO, se entiende el porqué de sus escasos recuerdos y olvidos, y la propia intervención del Banco de Mario Conde por el Banco de España. Si uno ratificó una de las querellas, pasando de anterior acusado a testigo, otro se acogió en 1998 a una excelente jubilación anticipada compensando un crédito de 8 millones y otras prebendas, con en la actualidad un bufete propio que trabaja con Banesto y dice otras instituciones financieras. Se repetía también el caso de otro testigo en otra jornada, despedido a la brava. Y cuidado, aquella gran pelota morosa y totalmente incobrable, rodaba de mucho antes de Conde. Se renovaban créditos desde tiempos inmemoriales, y por lo deducido en cada “nuevo crédito” se estampaba en la carpeta “Grupo Olabarría”. Uno de los declarantes aseguraba que un director de la OP Barcelona siempre confirmaba los expedientes con un “tranquilos, esto es del Grupo Olabarría” a pesar de en repetidas veces haber oído a Pedro Olabarría que él jamás avalaría porque no se sentía obligado ante aquellas renovaciones. Pero, como si de una premisa se tratara, nadie mencionó a Javier de la Rosa y Banca Garriga Nogués, procedencia del enredo.
Si el primer banco nacional era un basurero, y a tenor de banqueros y ex bancarios, comparando con bancos y cajas actuales, donde se dan por supuestos los valores morales de los reales beneficiarios de los créditos, los gestores de los grupos, se conceden grandes cifras sin aval, y se renuevan y amplían créditos, se entiende un poco más la ACTUAL PROFUNDA CRISIS. Y si aquel Banesto repartía dividendos en pura quiebra, los actuales igual, y las cajas declarando beneficios.
Una jornada, más que aburrida, decepcionante o preocupante por el mensaje trasmitido, y por la poca moral que clientes y bancarios ponían de manifiesto. Ver http://www.lagrancorrupcion.blogspot.com