Oscar Wilde (1854-1900)
¡Qué tendrá la filosofía que cada uno la interpreta a su manera, incluso aquellos que pretenden ignorarla, pues el mero hecho de rechazarla es ya en sí un punto de vista de considerar a la piedra filosofal!
Pero algunos se concentran en observar el fenómeno humano en otras dimensiones. Hoy me he enganchado a la lectura de un artículo de Le Monde que ofrece nuevas perspectivas para considerar lo que llaman «Décryptages» o descripciones de horror que parecen entretener más que obsesionar a los lectores más jóvenes. El texto venía ilustrado con un woodcut de Bruegel el Viejo, series del «The end is nigh» (el final se acerca) del Apocalipsis y varias reproducciones de las obras de William Blake, seguidas de tomas de la serie en technicolor «When worlds collide».
Lo tomemos o no en serio, nos hagamos o no preguntas sobre si realmente el miedo disminuye nuestra libertad, el hecho es que más y más mentes se enganchan a ese mundo ilusorio que parece abrir nuevas ventanas a los espacios de la imaginación. Así lo consideraba el escritor irlandés Oscar Wilde (1854-1900), que conoció el éxito y el abandono, célebre por desenmascarar las pretensiones humanas: «Poned una máscara a un ser humano y os contará la verdad». Escribió varias series de apodigmas para los más jóvenes como si los demás ya no tuvieran remedio, insistiendo en que para poder escribir debidamente habrá que fijarse en lo superfluo, ya que lo otro, al ser necesario, nos lo imponen recortando nuestra libertad.
Arte, vida y libertad o se dan la mano o perecen, pues querer ser libre es la mejor manera de serlo.
HECHOS Y DICHOS
Un libro no es ni moral ni inmoral; o está bien escrito o no lo está. Oscar Wilde
REFRÁN GERMÁNICO
Las cadenas de la esclavitud sólo atan las manos.
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