Llega la Navidad, con sus árboles, sus luces y sus belenes. Este año, algo desilusionados por las palabras del Papa, quitando al buey y la mula y cambiando a los Reyes de sitio. Los que sí están, seguro, son los corderitos. Esos rebaños de corderos tan obedientes, que van por donde les marca el pastor y algún que otro perro. Los corderos seguirán existiendo, porque son muy útiles. Pero esto nos demuestra que a veces las cosas cambian. Alguna vez sí que pasa algo. Aunque hay mucha gente pesimista que piensa que nunca pasa nada. Que los pobres son siempre pobres y los poderosos siempre están arriba -haciendo y deshaciendo- y que nunca les pasa nada. Ahora hemos podido ver que no es así. Que la justicia, aunque lenta y muy mediatizada, llega, y castiga también a quienes se han creído invencibles.
Vemos a personajes que lo fueron todo en su entorno, como el anterior presidente de los empresarios, el todopoderoso Díaz Ferrán, que al final y a pesar de tantas tretas urdidas, está en la cárcel y siendo investigado a fondo en tantos negocios turbios que tenía. Es importante que se vaya dando ejemplo, castigando a esas personas que han ostentado un cargo con tanta prepotencia, sintiéndose dioses. Premiando a quienes les adulaban y castigando a los que osaban contradecirles, o simplemente no darles la razón en todo. Comprueban así que no estaban por encima del bien y del mal. Que hay cosas que no se deben hacer y líneas que no se pueden traspasar, por muy poderoso que se llegue a creer que es. También es importante que la justicia
actúe, para que aquellos que siguen sus pasos, o tengan intención de hacerlo, comprueben que nadie puede saltarse la ley, ni hacer tantas cosas malas sin tener su merecido castigo. Así debe ser en democracia, para que las cosas funcionen como es debido. Feliz Navidad y buen año 2013 para todas las personas de buena voluntad. Nos vemos después de las fiestas.