Tuberculosis ética

Domingo Soler Torregrosa
Concejal Alternativa Popular de Torrevieja

Si tuviéramos que poner nombre a la enfermedad democrática que sufre el equipo de Gobierno del PP sería, sin duda, el de “tuberculosis ética”. Este bacilo se encuentra en su discurso macarrónico, chabacano y hortera, y se manifiesta, sobre todo, en sus momentos cumbres con palabrería huera y retumbante.
Cualquier médico lo sabe: las enfermedades se diagnostican por sus síntomas. Por eso, ver el pasado fin de semana en Torrevieja al independentista Císcar exclamando que el PP nos va a sacar de la crisis es para contestarle: ¡y una mierda! Saldremos de la crisis los españoles, los valencianos y los torrevejenses gracias a nuestro esfuerzo y sacrificio y por ese espíritu de superación que llevamos dentro cada persona.
Arengar a una masa que ideológicamente tiene encefalograma plano es reírse de toda la sociedad. Y hacerlo cuando se tiene al lado, por ejemplo, al señor Albaladejo Martínez -administrador único de Alquileres Juana, diputado provincial, vicepresidente del Patronato de Turismo, Teniente Alcalde de Torrevieja, miembro del consejo de Administración de la empresa privada Agamed- que gana sólo en lo público todos los meses cerca de 8.000 euros, es descojonarse vivo de los españoles.
Por eso, señor Císcar, he de decirle que nosotros, los españolitos de a pie, saldremos de la crisis –no lo dude- pero ustedes no han entrado. No tienen ni idea de lo que pasa en las casas españolas. No tienen –ni pueden- tener empatía porque las realidades materialistas en las que ustedes se mueven no son otra cosa más que la decadencia de España. Y téngalo claro, lo que necesita el equipo de gobierno pepero de Torrevieja es curiosidad intelectual para entender esa decadencia, pero por motivos éticos –y por ser partícipes de ella- ni tienen (curiosidad intelectual) ni se le espera.
Y es que no hay salida a la crisis si antes, los que gobiernan, no tienen clara su norma de moralidad. ¡Y eso al PP de Torrevieja le queda tan lejos! Están tan alejados de la realidad como la presidenta nacional de Nuevas Generaciones que va y dice sin sonrojarse y con cámaras delante que Fátima Báñez –la ministra de los 6.200.000 parados- es el hada madrina y la luz de los jóvenes –de esos jóvenes que rozan en España el 60% del desempleo-. Si la situación no fuera tan dramática sería para echarse a reír. Aunque el problema es que los que se tronchan son ellos, que no necesitan apuntarse al paro porque les sale más rentable inscribirse en el PP donde no te piden currículum, sólo que jalees y no pienses.
Porque señores, el discurso político tiene que ser vehemente, debe ser claro y coherente –siempre expresado en su contexto constitucional- pero sobre todo debe referirse y expresar la realidad actual. Entiéndanlo, el liderazgo natural sólo debe servir para conseguir los fines que la sociedad civil necesita y quiere, no para satisfacer en exclusividad los intereses de los suyos.
Hoy el Equipo de gobierno del PP de Torrevieja está como aquel dependiente de la panadería al que un cliente le pide una barra de pan y justo antes de entregársela le pregunta al panadero:
– ¿Tienes huevos?
– Sí –responde el tendero.
– ¿Me pones una docena? –le dice el cliente.
Y el panadero pone sobre el mostrador doce barras de pan. Éste, y no otro, es el mejor ejemplo de la política pepera que se hace en Torrevieja. ¿A que lo han entendido?

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