José Manuel García Mañogil
Coordinador de Izquierda Unida Torrevieja
La Europa tutelada por EEUU, nacida del carbón y del acero, convertida posteriormente en Comunidad Económica, ha derivado en la Unión Europea actual, con un bagaje tal de competencias legislativas que obviar las elecciones al Parlamento Europeo es algo más que temerario.
Del peso de las distintas fuerzas políticas en el Parlamento Europeo depende que de allí surjan medidas que puedan llegar a menoscabar derechos laborales conseguidos a lo largo de dos siglos de sacrificio por parte de los trabajadores, o normas que atenten contra los más elementales derechos humanos, como en el caso de la inmigración, como ha estado a punto de suceder; o, por el contrario, podamos contar con políticas que avancen hacia una mejora de la calidad de vida, que proteja el empleo, distribuya equitativamente la riqueza, asegure un desarrollo urbano sostenible, respetuoso con el medio ambiente y que luche decididamente contra la corrupción, contra el abuso financiero y el especulativo.
Son las políticas neoliberales las que imperan en el Parlamento Europeo, ahora controlado por la derecha y la socialdemocracia al servicio de los poderes económicos, lo que implica la dificultad en el avance hacia una Europa al servicio de los ciudadanos como propugna Izquierda Unida.
Durante estos últimos cuatro años, PP y PSOE han llevado en Europa una política coincidente (hasta el 70% de las propuestas), y ahora están utilizando sus respectivas campañas para medir fuerzas entre ellos, como termómetro y preludio de las próximas elecciones nacionales, sobre todo el PP, que es el que más tiene que ganar; incluso algunos pretenden ganarse el perdón que la justicia puede negarles.
En esta campaña, en Torrevieja, al Partido Popular solo se le ha oído un mensaje perverso: «el PP es el único que ha defendido permanentemente los intereses de nuestro país, porque otros representantes de otros partidos nos han tirado al cuello a la Comunidad Valenciana, no han hecho otra cosa nada más que criticar y criticar, y eso es imposible que un español pueda estar fuera de aquí y lo haga…». Se debía de referir el alcalde de Torrevieja, autor del anterior comentario, al demoledor informe Auken, informe que pone patas arriba la actual legislación urbanística en la Comunidad Valenciana. O a lo mejor se debía de referir a la visita de la Delegación del Comité de Peticiones del Parlamento Europeo a nuestra provincia para inspeccionar los abusos urbanísticos de la zona, después de recibir miles de quejas ciudadanas. En términos similares también se expresó el Presidente de la Generalitat.
Está bien que estos mandatarios del PP hablen en estos términos, es una excelente propaganda electoral la que nos hacen. Así todos dejamos las cosas claras: para el PP, nosotros somos antipatriotas porque luchamos contra la especulación de nuestro suelo; para nosotros, es fundamental preservar lo poco que va quedando de nuestro entorno, aunque eso conlleve que sus amigos no se hagan un poco más ricos a costa de nuestro patrimonio.
Para el PP de nuestra ciudad, éramos los anti-Torrevieja, ahora también somos anti-Comunidad Valenciana y anti-patriotas. Cada vez me recuerdan más ese tango de Carlos Cano que decía «cada vez que dicen patria, pienso en el pueblo y me pongo a temblar». Está claro que, para ellos la patria son ellos mismos y cuatro empresarios, o cuatro empresarios y ellos, que puede parecer lo mismo pero no es igual.
Ya lo dijo nuestro diputado europeo (y ahora cabeza de lista a estas elecciones) Willy Meyer: «España es el país donde más viviendas se construyen de toda Europa, un crecimiento que no puede justificarse en términos de demanda de vivienda, en un país con 3 millones de viviendas vacías. Las administraciones españolas han dejado a un lado el interés general y se han sometido a los intereses de la especulación inmobiliaria, poniendo en práctica una legislación a la carta».
Porque ya hemos dado ejemplo de cuál y cómo es nuestro trabajo, y nuestro código ético, frente a la defensa de nuestro territorio y el interés general, Izquierda Unida debería de ser el depositario natural del voto de la izquierda. Ellos, PSOE y PP, o PP y PSOE, que aquí sí que es igual, también han dado ejemplo de cual es su «código». Ustedes deciden.
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