Agosto va llegando a su fin, y con él este verano tan duro y complicado. Quienes han tenido que acudir a la Justicia en algún momento, al ver menoscabados sus derechos y los que creen en ella, se sienten defraudados con el comportamiento de los políticos. Por distintas circunstancias, han visitado los juzgados muchos de ellos. Los temas por los que declaraban son archiconocidos por todos. El modo de actuar ha sido similar. Han negado la evidencia. Culpan de todo al primero que pasa por allí. Los ciudadanos se muestran escandalizados, ya que mientras dicen que van a colaborar con la justicia, sólo entorpecen su funcionamiento. Hasta que no les queda otra salida que comparecer y entonces lo niegan todo. No ven, no sabían, no les consta, y la gente dice: si es así, ¿qué hacen en esos puestos? Son esas cosas que si lo sabían, mal; pero si no lo sabían -como aseguran- es peor aún.
Entretanto, el pequeño comercio sigue pasándolo muy mal, vemos desaparecer cada día más, a pesar de las distintas campañas, que no resultan todo lo beneficiosas que se esperaba.
Se conmemora estos días el septuagésimo quinto aniversario del bombardeo de Torrevieja, por los aviones de Mussolini, que dejaron diecinueve muertos. Eran personas anónimas, víctimas inocentes, varios niños y todos ciudadanos torrevejenses. No se entiende que no se les rinda homenaje colectivo y unánime ¿aún hoy después de tantos años se hacen distinciones? Porque luego se celebra el «Poppy Day» con los ingleses y se hacen minutos de silencio cuando hay algún accidente o atentado. Es incomprensible, porque fue algo tan cruel que tendría que ser asumido por todos, para que nunca vuelva a suceder.
Nos acaban de anunciar que está en marcha el estudio de viabilidad para la futura llegada del tren a la cuidad. Algo que sería muy importante, esperemos que siga adelante y se haga realidad.
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