Karl Marx (1818-1883)
Hablar de Filosofía es esclarecer ideas según vayan evolucionando con el paso del tiempo, y se referirá a nuestra manera de entender el quehacer humano; yo lo aplicaría en esta crónica a algunos conatos del pensamiento occidental por presentar la Política como parte de este proceso. Ya Platón se atrevió en el siglo V antes de nuestra época a lanzar el primer pelotazo en el frontón del espectáculo griego con su célebre «Politeia» (ciudad estado), que conocemos como «La República», escrita en forma de diálogo entre Sócrates y sus discípulos. Aristóteles continuó el partido devolviendo el saque con su tratado sobre «Politiko», exponiendo los esfuerzos del ser humano por encontrar la felicidad como ser social. El juego se repetirá a través de los siglos, pues Agustín de Hipona lo continuará con sus tratados «De Civitate Dei» (412), contra la ciudad pagana y la contingencia de todo esfuerzo humano y Tomás de Aquino completará este segundo partido con su «Monarquía» o «De Regimene Principum» (1265), como asociación de los seres humanos, tratando de evitar los males de la corrupción del poder.
«Il Principe» (1513), del renacentista Maquiavelo, reavivó el interés en un tercer partido entre lo público y lo personal, con un personaje (se insinúa que Cesare Borja) que daría el salto al frontón de las ideas; tardaron años en devolver la pelota, esta vez con el juego de la cesta, más rápido y contundente, por lo que habría que llegar a «acuerdos políticos» según la obra de Jacques Rousseau: «El Contrato Social» (1762), que no salió a la cancha de juego durante los absolutismos del estado, aunque tuvo sus repercusiones durante los periodos revolucionarios (1789). Pero el servicio de salida de «Das Kapital» (1789), de Karl Marx, dividió a la asistencia en palcos irreconciliables que él denominaría «clases sociales», aunque su humanismo social es lapidario en frases como «El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan», si bien el juego sin txapelas esté ahora «scoring» (marcando) para atrás.
HECHOS Y DICHOS
La peor lucha es la que no se hace. Karl Marx
ANTIGUO DICHO FLORENTINO
Segui il tuo corso, e lascia dire le genti (sigue tu curso y deja hablar a la gente)
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