Aunque las apariencias engañan casi siempre, hay mucha gente que vive de ellas, por ellas y, peor aún, para ellas. Hacen del disimulo y la ocultación su modo de vida. Tal vez ahí esté el motivo por el que muchos se han sorprendido de que no concedieran los Juegos Olímpicos 2020 a Madrid. Están tan acostumbrados a creer esa realidad paralela, que aún no se han percatado de que España no se encuentra actualmente en disposición de hacer semejante gasto, o «inversión», como le quieran llamar. Quizá para los políticos sea normal, ellos parecen vivir en otra galaxia y no estar sufriendo la dura crisis como los demás. Pero los ciudadanos, y sobre todo esos medios que se han dedicado a despotricar contra la organización, es que llevan tanto tiempo tratando de ocultar la situación real, que no ven lo que desde fuera se ve tan claro. El mundo ve un país con un altísimo nivel de paro, en el que se está rebajando la calidad de vida a pasos exagerados. A base de «reformas y recortes», se nos devalúa la educación, la sanidad y ahora también las pensiones. ¿Y con esta situación se van a pedir una Olimpiada para la que sólo en solicitarla se han gastado tantos millones de euros? Ya está bien de tergiversar y «arreglar» las cosas. Hay que reconocer que al final sólo pueden engañar a algunos incautos que no quieren ver más allá de las consignas prefabricadas, sin base ni forma racional de explicación. No podemos acabar hoy sin felicitar al Colegio Público Acequión, con su Ampa al frente, y al ex-concejal Daniel Plaza, que les apoyó en su día; ya que con su valentía han conseguido que ya esté en funcionamiento el nuevo centro, a pesar de la situación actual. Demostrando que así es como se consiguen las cosas en democracia, reivindicando, luchando y haciendo valer los derechos, como debe ser.
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