“Mueve las caderas” (aunque todo vaya mal)

Manuel Bueno
Director de Colesterol Teatro

-Sooofiiiii!!!….
Estoy ocupá.
-Me opero, o no me opero?
Pérate….
-Mespero, entonces?
Lo que diga tu nuera…
-No, que esa está empeñá en que done un riñón a Fernando Alonso, qués paisano…
Conduce un Ferrari, lo sabías?.
-No, sólo sé que le da a la sidra…
Por eso lo del riñón?
-No, mujer…
Sabrás tú?.
-Dice que con él pagaría las multas por exceso de velocidad en los circuitos y a mi se me equilibraría la cadera engangrená…
Que tienes, qué?.
-Deficiencia en….
Deficiente?, eso ya lo sé: un elefante tiene más sentido común que tú. Me refiero a lo de la «gangre»…
-«Gan-gre-na», amor…
Si me sigues contradiciendo, te pongo de nuevo nel pasillo, ya sabes…
-Cari, es que cada vez entiendes menos el idioma.
Para empezar, el idiota lo serás tú; y, que sepas, que sólo las mujeres de mi país sabemos reconocer a un minusválido vocacional, como tú, mientras bailamos un «sirtaki», como Zumba el griego.
-Zorba…
Y tú, un cabrón.
-Me la pegas?
Me has llamado zorra, no?
-Zorba, mi amor, he dicho Zorba..
Tampoco soy sorda, así que me ratifico: cabrón!, y esta vez con pintas…
-Es un sarpullido marinero, reina,…cómo te pones por ná. Se me nota mucho?.
Sí, pero te puedes poner el casco de la moto y, así, además, pasas desapercibido nel desfile.
-ostiás!, ..copón!, no tengo el pantalón planchao…
Pues, aprende…
-No me da tiempo, falta hora y media, que me acaba de llamar un legionario que mechao de amigo nun bar…
No siii,…ahora entiendo lo del tatuaje nel pecho y el pirsing nel ombligo anclao.
-Jugamos al frontón y a las chapas namás.
Qué suerte tienes, truhán. Yo, contigo no jugaría ni al monopoli.
-Seguro que te lo comería tó, jeje..
Eso se hace nel parchís, retrasao, que pareces un pailán recién aterrizao en la Gallardón avenue de la Castellana, pinpin.
-Error, Gwendoline: ahora ese chico es ministro. Y ya nostá en Correos, nooo..
Oye, a mí, cochinadas pocas, eh?, que ya tengo bastante con tus dos yernos esturreándolo tó por donde quiera que van.
-En esto tiés razón, Sofi, estos dos lechuguinos,…Noós estáán salpicando haaasta cuaaando meeaaann..
Y, ahora, qué te pasa?, se puede saber por qué hablas así?.
-tar taaa mu deooo, sí;..me aturullo..
Patata en la boca, tatuajes en el pecho, pirsing nel ombligo, sarpullido nel…
-no lo digas, no lo digas..
Sabes què?
-Por la cara que pones, me lo empiezo a imaginar…
Pues, hale!, a repetir y en voz alta, que quiero oírlo una vez más…
-Tan temprano y antes del desfile?
Como un campeón, sí señor!
-Sin calentar, ni nada,..así, en seco?
Si quieres t’atizo la lumbar…
-No!,..eso no, ya voy; me quito el pijama?
Sí, que en cueros resultas menos creíble si cabe..
-Dónde cabe?
Es una forma de hablar, joder, concéntrate y empieza ya, pecador…
-Voy. Estoo, pongo el mismo gesto de idiota, que aquel día en la tele?
Eso es,…y ahí fuera, en la mitad del pasillo, ahora que no hay nadie: solo para mi.
-«Lo siento mucho,..me sigo equivocando,…creo que no lo voy a poder remediar».

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