Allí, donde nada llega:
Recogida solidaria y humanitaria de simples tapones de plástico, para curar y salvar vidas. Y tapones tóxicos para subsistir en la mísera pobreza, que llevaron a la muerte a una familia que los recogía.
Allí, en las grandezas, donde todo resplandece, se enaltece, y se «protege»: «Súper tapones a presión», para obstruir, tapar y salvaguardar, las «altas miserias y las podredumbres de los poderosos».
Al buen entendedor…
El que tenga oídos, que oiga. El que tenga palabras, que hable, que no calle.
Calpurnia
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