Sería tan fácil como topicazo escribir aquí y ahora uno de esos sesudos balances de año, recordando o rememorando aquellos acontecimientos pasados que nos han dejado cierto poso, cierta huella, o cierta nostalgia, o vaya usted a saber qué más. Pero digo aquí y ahora que algo que me haya impactado en la Torrevieja del pasado ejercicio, por poner tres ejemplos, y sin priorizar en ninguno de los tres, ha sido: la entrada en un centro penitenciario de la provincia de Murcia del ex-alcalde Pedro Ángel Hernández por el amaño de la contrata del servicio de limpieza de esta ciudad; aquella parodia del Cristo Crucificado de un policía municipal en la lucha reivindicativa que lleva gran parte de este colectivo del Ayuntamiento; y finalmente, toda la movida política generada en torno a las llamadas telefónicas por parte de políticos y no políticos locales que originó, entre otras cosas, la dimisión del edil de Deportes. En fin, tres cuestiones de hondo calado y que tardará mucho tiempo en cerrarse para la colectividad en general, lamentablemente. Pero no quiero yo entrar en el nuevo año como un elefante en una cacharrería, de forma que voy a parafrasear al periodista director de Infolibre, J.M., exigiendo para este 2015 toda la tolerancia posible, el mayor de los respetos, amplio conocimiento, periodismo a nuestro pesar (en tele, radio y prensa), mayor grado de responsabilidad ciudadana y transparencia por todos los rincones. Porque es que si no, recogiendo una frase del último artículo de Cipriano Torres en el Información, «me podría cagar en el viejo año; en el nuevo año y en el arbolito…».
Cambiaré la foto y el título de la columna en el próximo número, y como nota final, y totalmente de acuerdo con el escritor Muñoz Molina, «hay una responsabilidad muy grande en quien vota al político que roba». Sabemos que hay muchos ladronzuelos de la política, y que vienen elecciones. Así que al loro. Gracias y suerte.
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