Estimados contribuyentes, digo la libertad y la democracia y me explico. Yo, como ciudadano y contribuyente, me quedo de un «aire» por la radicalidad antidemocrática de las «figuras» del PP torrevejense últimamente, que con sus comentarios están sacando los pies del tiesto, y voy a lo concreto. La obsesión del señor Eduardo Dolon, ex-alcalde de Torrevieja, por que los miembros del equipo del Gobierno municipal torrevejense actual, hayan acordado no asistir a los actos religiosos, si no es a título personal, a este caballero se le han encendido todas las luces de un pobre hombre, y al mismo tiempo saca su vena de fascista e inquisidor.
Este individuo ha estado acostumbrado durante mucho años a ser un monigote del poder, por mucho que se declare católico, que tiene todos mis respetos. Los mismos respetos que tenía que tener él a todos los ciudadanos/as que no vamos a los actos religiosos -que son muchos- y que, dentro de la libertad, nosotros respetamos a los que van a las procesiones, cosa que este intolerante no respeta a los demás.
Sobre el tema de la concejal Carmen Morate, cuya dimisión pide este personaje, aquí hay mucha tela que cortar. Desde mi punto de vista, la señora Morate tiene toda la razón de que no esté de acuerdo en que en una madrugada de descanso se la venga a despertar de un sueño reparador en estos días de vacaciones.
Aquí entra la libertad de expresión, donde el señor Eduardo Dolon, ex-alcalde de Torrevieja, no sabe por dónde le pega el aire.
Desde el tema de la democracia, es una vergüenza que el PP torrevejense en su conjunto no acepte, dentro de las normas democráticas existentes, al actual Gobierno municipal torrevejense, como todos sabemos compuesto por cinco grupos políticos, y que sigan insultando y vilipendiando a unos políticos que han sido elegidos democráticamente por las/os torrevejenses.
Claro, aquí entra que a estos «chupópteros», después de tantos años en el Gobierno municipal torrevejense, se les ha acabado el CHOLLO, y vienen exigiendo al Gobierno del Pentapartito cosas que ellos, en las borracheras de sus mayorías absolutas, no dieron a la oposición ni agua.
Posdata: Quiero recordar al PP que una de las medallas que se pueden poner es que, después de estar gobernando en Torrevieja 28 años, llevaron a la ciudad a ser la más pobre de España. Tela marinera, Seguimos galopando…
¿Hasta cuándo? Al tiempo…
Gerardo Garrido
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