Desde este pequeño rincón doy la mas efusiva bienvenida al recién llegado a «esta nuestra comunidad», Daniel, cuyos gozosos padres: Desi y Manuel son objeto, junto a sus abuel@s y familiares, de mis mejores deseos, entre los que incluyo el de una vida dulce y plena; para el niño y para todos.
Yo no acepto la competitividad como base de nuestro sistema, soy consciente de que este funcionamiento engendra frustración y cólera a la inmensa mayoría de los perdedores. No acepto que me humillen o me exploten a condición de que se me permita humillar o explotar a otro que ocupe un lugar inferior en la pirámide social. No acepto la exclusión social de los marginados, de los inadaptados y de los débiles porque considero que la carga que puede asumir la sociedad tiene sus límites. No acepto remunerar a los bancos para que ellos inviertan mi sueldo a su conveniencia y que no me den ningún dividendo de sus gigantescas ganancias (ganancias que servirán para atracar a los países pobres, hecho que no acepto implícitamente). No acepto también que me descuenten una fuerte comisión por prestarme dinero, dinero que proviene exclusivamente de los otros clientes. No acepto que congelemos o tiremos toneladas de comida para que los cursos bursátiles no se derrumben, en vez de ofrecérsela a los necesitados y de permitir a algunos centenares de miles de personas no morir de hambre cada año. No tolero que se ponga fin a mi vida lentamente inhalando o ingiriendo substancias tóxicas autorizadas por los gobiernos. No acepto que se haga la guerra para así hacer reinar la paz. No acepto que en nombre de la paz, el primer gasto de los Estados sea el de defensa. No acepto que los conflictos sean creados artificialmente para deshacerse del stock de armas y así permitir a la economía mundial seguir avanzando. No acepto la hegemonía del petróleo en nuestra economía, es una energía muy costosa y contaminante, no estoy de acuerdo en impedir todo intento de sustitución si se desvelara que hemos descubierto un medio gratuito e ilimitado de producir energía. No acepto que sería nuestra perdición. No acepto que se condene el asesinato de otro humano, no acepto que los gobiernos decreten que es un enemigo y me animen a matarlo. No acepto que se divida la opinión pública creando unos partidos de derecha e izquierda que tendrán como pasatiempo la pelea entre ellos haciéndome creer que el sistema está avanzando. No acepto el poder de fabricar la opinión pública… (Continuará).
Afortunadamente hay gente a la que no fabrica sus pensamientos la política, ni la ambición, ni la dejadez moral…No obstante, es difícil que se plasme líbremente en un texto…Enhorabuena.
Efectivamente,creo que hay mucha más gente de la que se piensa,que cono tú,no acepta las imposiciones que día a día tenemos que soportar ,quizás volviendo la cara hacia otro lado,por pura comodidad, y refugiándonos en la intimidad de nuestras casas,viendo el parido de fútbol de turno. Una lástima pero así es. Un saludo.