Así nos quedamos muchas de las personas que el pasado sábado nos encontrábamos en la Plaza de la Constitución. Se concentró mucha gente al ver a los caballos, los bueyes y tantas personas vestidas de flamencos. Partía de allí la romería de la Virgen del Rocío. Pero lo que nos dejó boquiabiertos fue cuando vimos que ponían a la Virgen frente al Ayuntamiento y les hacían a los bueyes que la llevaban arrodillarse ante los concejales que allí estaban esperando. No siendo persona excesivamente practicante, lo que sí soy es respetuosa con estas cosas, ya que tuve una formación católica, como todos antes en España, en la que siempre me dijeron que éramos los mortales quienes teníamos que postrarnos ante las imágenes de Dios o de la Virgen, no al revés. El otro día, cuando vimos aquello, quedamos muy sorprendidos, al ver que una Asociación que se supone muy devota de la Virgen del Rocío, se presta a ponerla en esa situación, un tanto extraña, de adorar a las autoridades. Me pareció excesivo y… penoso.
Alicia R.
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