Plas, plas, plas…

Aplausos para la representación en el congreso del PP: La vieja guardia -bastante desacreditada- se opone a Rajoy, que quiere virar al centro, de forma que Rajoy queda como el bueno. Y, como en una película, el bueno consigue triunfar y se impone. En realidad, sabemos que cualquiera de ellos, Aznar, Rajoy, Aguirre o Gallardón, no harán otra cosa que seguir el ideario de derecha rancia del PP, como herederos del franquismo que son, pero para esto deben triunfar electoralmente. Y, como la apuesta por la dureza no les ha dado sus frutos, ahora optan por usar otra máscara. De forma que toda esta supuesta pelea interna ha sido para darle credibilidad a la nueva máscara. No podemos creernos que se han peleado de verdad, puesto que los grandes partidos de derechas -PP, PSOE o CIU-, que son máquinas diseñadas para acaparar poder, no se permiten manifestaciones públicas contraproducentes, como sí lo hacen IU o ERC, partidos pequeños y pasionales. Los populares han escenificado un giro al centro que les pueda reportar votos. Saben que yendo al centro no perderán a los votantes de siempre, que les seguirán prefiriendo por delante de los otros, sino que esperan nutrirse de votantes indefinidos políticamente que se decantan por un u otro según las circunstancias. Por lo tanto, el panorama que tendremos de aquí a poco será éste: 1- La gran crisis económica diezmará el espaldarazo al partido en el Gobierno de una manera inexorable, 2- El PP hará ver que es un partido de centro sensato y prometerá seguridad a los asustados y/o descontentos, 3- IU se recuperará y arañará algunos votos por la izquierda, porque no puede bajar más y sólo con que lo hagan algo bien, por la necesidad de reaccionar ante la crisis y el empobrecimiento que vendrá, crecerán electoralmente. 4- Los nacionalismos periféricos se mantendrán más o menos. Todo esto dará el próximo gobierno al PP y, una vez estén arriba, ni de centro, ni un elefante rosa volante, veremos de nuevo a la ultraderecha de siempre utilizando todos los resortes del Gobierno para derechizar la sociedad por una parte, y para automantenerse por la otra. ¿Solución? ¿Votar al PSOE? No es la solución, y esto ya nos ha hecho demasiado daño. ¿Construir una potente contestación social que marque una agenda política? Haría falta. ¿Lo haremos? De esto depende que podamos construir la historia de nuestro país o bien que sea la historia la que nos vaya manipulando a nosotros. Ufff, quizás es pedir mucho a una sociedad que ya se ha dejado desorganizar demasiado.

Jordi Oriola i Folch
(Barcelona)

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