Violencia contra la mujer, ¿hasta cuándo?

Cada año, las estadísticas marcan récords espeluznantes de malos tratos, muertes y violaciones cometidas contra la mujer, por estos asesinos de diferente estofa e instintos machistas, criminales que ejercen, desde todos los niveles, su sanguinario y terrorífico poder.
Una promesa de amor, un anillo símbolo de una unión: En la riqueza y la pobreza. En la salud y la enfermedad, hasta que la muerte…
«La mate porque era mía»: Esa terrorífica afirmación del yo machista subsiste aún hoy día incrustada en el tejido criminal original como instinto de supremacía del hombre sobre la mujer; y se propaga, como un maléfico virus que infecta la sociedad, con estos actos abyectos de violencia endémica, de género, contra la mujer.
Siempre ha existido esa clase de machismo retrógrado, ancestral. La mujer considerada como pertenencia del hombre para uso y dominio. Es el germen que el hombre consideró como legado: como herencia propia, desde el discutible génesis; con la falacia, inventada, escrita y difundida como dogma por hombres «santos varones» desde la primigenia, de que Eva se creó a partir de esa famosa «costilla paritoria» de Adán. Y así, hasta nuestros días.
Esa falsa e inhumana historia bíblica dio pie para que este machismo cerril, mostrenco y asesino dé rienda suelta a los más bajos y deleznables instintos criminales; la ley contra la violencia de género no da resultado, y día a día vemos horrorizadas mujeres y más mujeres en todas partes maltratadas, violadas, asesinadas por estos bestias con apariencia humana. Tiempo atrás, la mujer, más inculta, con una supeditación a los padres luego a los maridos, atada al hogar, asumía sin más ese rol de esposa y madre al servicio del hombre, al yugo marital, dictatorial; había también muchos casos de sufrimiento, vejaciones y muertes en silencio a manos de los maridos. Los tiempos de pobreza, nula educación sin derechos ni libertades, castradas todas por la dictadura franquista, hacía que callaran y otorgaran sumisas sin resistencia alguna; y eso quizás, hacía que estos hombres machistas sin escrúpulos estuvieran más calmados; pero, hoy día, el progreso, la libertad en todos los sentidos y la modernidad que nos trajo la democracia con el bienestar social, su apertura en todos los sentidos de educación, derechos y libertades, ha hecho que la mujer abierta a esta nueva sociedad más justa se haya emancipado de la tutela ejercida desde tiempos inmemoriales del «padre Adán» y demostrar que es igual al hombre en todo. Que tiene derechos y los exige. Que no se calla y que se rebela. Se nivela y sobresale al propio agresor y le planta cara; y a estos degenerados no les complace, sino que les exacerba los instintos brutales. Les ciega la ira, el odio e impotencia ante la fuerza y el poder de estas nuevas generaciones de mujeres. Así que estos misóginos enfurecidos han hecho causa común contra las mujeres que en sus propios vientres los alimentaron y, con dolor, les dieron la vida pariéndolos.
¿Cuándo estas muertes de mujeres asesinadas, que nos golpean día a día, ya no serán noticia, pues no habrá ya más violencia de género? ¿Hasta cuándo?

Josefina García

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