HeLa

No sabía Loretta Pleasant, nacida el 1/8/1920 que, como cierta reina, iba a ser famosa después de muerta. La reina fue coronada después de su fallecimiento y Loretta (Henrietta Lacks) fue el eslabón perdido que sirvió para la investigación y cura del cáncer, gracias a las muestras que le extrajeron al morir y que sobrevivieron en el laboratorio, dando paso a su investigación. Así, las células HeLa están sirviendo para descubrir los vinculos genéticos del síndrome de Down, para la fecundación «in vitro», sida, párkison, tuberculosis, herpes, hemofilia… El biologo alemán Harald zur Hansen descubrió, gracias a HeLa, el virus del papiloma humano, causante del cáncer, ganando por ello el Nobel en 2008. HeLa también está presente en la clonación o nanotecnología. En el mundo entero trabajan médicos, biólogos y laboratorios con las células cancerigenas de Henrietta, que murió a los 31 años víctima de un cáncer llamado adenocarcinoma cervical, que le producía abundantes hemorragias vaginales y fuertes dolores.
Hasta hace poco, ni los hijos o nietos sabían nada de este tema, hasta que un amigo médico le dijo a un familiar que su apellido, Lacks, era el mismo de las famosas células, entonces él le dijo que, efectivamente, un familiar suyo ya fallecido se llamaba Henrietta Lacks, y así se enteró toda la familia de que aquella señora, sin saberlo, había contribuido al más esperado descubrimiento de la ciencia, la cura del cáncer.
No para ahí la cosa, sino que parte de esas células han viajado al espacio exterior, para poder observar su comportamiento en estado de ingravidez. Si esos descubrimientos se pudiesen constatar y se vieran sus resultados positivos, incluyendo la clonación, sería lo más grandioso que hasta ahora se ha descubierto, aparte de la penicilina del doctor Fleming. Esta mujer anónima jamás sabrá de su gloria y de la valiosa aportación que dio a la ciencia con sus células donadas para la investigación.