El laicismo encubierto

El otro día, en un programa de televisión de gran audiencia, se realizaba una encuesta en la calle sobre los valores en relación con la crisis económica que estamos padeciendo. La mayoría coincidían en que los valores éticos y educativos estaban a la baja y desapareciendo. Hubo quien, ante esta pregunta, contestó equivocadamente sobre los valores monetarios de las cosas; o sea, que hay quien no sabe lo que significan los valores humanos. Esto nos da una idea clara de la realidad de nuestra sociedad actual y en lo que ésta se está convirtiendo. En muchas ocasiones, nos preguntamos el porqué sobre el suicidio de algunos jóvenes o mayores, que alarmantemente están aumentando, aunque solamente nos enteremos por los medios de las personas famosas que deciden quitarse la vida como el caso de la supermodelo rusa Ruslana Korshunova, de casi 21 años, que se suicidó saltando… Modelo se suicidó. Estupor. «Estoy dolida y perdida», fueron las dramáticas palabras de la supermodelo. Otra supermodelo, Daul Kim, se suicidó en su departamento de París… Si le echamos un vistazo a Internet poniendo en el buscador «suicidios de jóvenes», nos quedaremos impresionados de las cifras y estadísticas que se publican. No tenemos que preguntarnos mucho sobre los motivos, no es otro que el hecho de no encontrarle sentido a la vida, estar vacíos por dentro de valores y espiritualidad.
Realizando un análisis de la realidad actual de nuestra sociedad, tenemos que, en cuanto a la religiosidad de las personas y a la libertad de la misma, se le está atacando desde muchos frentes: políticos, mediáticos y personales; los indiferentes, ateos, incluidos aquellos que dicen creer en Dios pero no en la iglesia. Parece ser que, en nuestro país, todo lo relacionado con la Iglesia Católica le molesta a muchas personas, políticos o no, a pesar de las buenas relaciones que, parece ser, según se manifiesta, existen entre nuestro Gobierno y el Vaticano, pero lo cierto y verdad es que, siempre que pueden, van cerrando el paso a todo los religioso que tenga que ver con la iglesia, no así con otras religiones fundamentalistas y que no creen, para nada, en los derechos humanos.
Ante estos ataques, cabe el preguntarnos el porqué de los mismos: La periodista Lucetta Scaraffia explicó que la mala imagen que con frecuencia los medios proyectan de la Iglesia Católica se debe a que ésta es la «única institución importante que se opone razonablemente a prácticas y procedimientos contrarios a la dignidad de todo ser humano». En un artículo titulado «Cuando la carrera por las víctimas oscurece la realidad», publicado en L’Osservatore Romano (LOR), Scaraffia señala que la Iglesia Católica «es la única que indica sin descanso quiénes son las verdaderas víctimas», con situaciones que van contra los derechos humanos. «Atacar a la Iglesia, ¡qué estupidez!», por Alejo Fernández Pérez. No hay que preocuparse. Es lo de siempre, por los de siempre y como siempre. Si quieren Vds ver a la Iglesia renacer y prosperar no hay más que empezar a «echar a los cristianos a los leones». Los leones actuales, más feroces y rugientes que los de los tiempos de los romanos, son hoy algunos medios de difusión: TVs, radios, prensa…, dirigidos por los Herodes y Fariseos de todos los tiempos.

Carlos García

Sé el primero en comentar

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*


*