El Periódico de Torrevieja nº 444

Estamos en Carnaval. La fiesta ya está montada -como diría el alcalde en el último Pleno-, todos dispuestos. O casi todos, que aún puede faltar alguno. Y son muchos esta vez, como antaño. Aunque ya se sabe que, de momento, como el Carnaval, está todo controlado y no se premia al mejor, sino al más «políticamente correcto». No vale ser trabajador, constante, divertido, ni más valorado por el público, sino el más adulador y aparente. Lo peor es cuando todos se conforman y asumen que debe ser así. ¿Eso supone que hay que aprender o tirar la toalla? Un escándalo, si nos quedara aún capacidad para ello.
También las asociaciones dieron ejemplo de docilidad. ¿Que hay que plantar árboles? Se plantan. ¿Que hay que hacerse fotos? Se hacen, todo sea por la subvención, más grande o más pequeña, según los «méritos» demostrados. El tejido asociativo que existe en Torrevieja, es triste comprobar que será amplio, sí, pero muy obediente, porque las asociaciones reivindicativas, las que intentaban conseguir mejoras sociales, quedaron en el olvido. La Federación de Asociaciones Vecinales de Torrevieja, desaparecida; la FLAPA (Federación Local de Asociaciones de Padres de Alumnos), igual… y no será porque no tienen necesidades los alumnos de los colegios públicos, con tantos «barracones», y sin celebrar Consejos Escolares desde los tiempos del «Cano». Todas fueron fulminadas, hasta hacerlas desaparecer. Ahora surgen constantemente nuevas asociaciones, «amigas» todas ellas, calladitas y «colaborando» siempre que se lo piden. Vamos aprendiendo, ¿no? ¡qué triste panorama!
A ver si esta primavera se renuevan las bases y llega un poco de aire fresco a Torrevieja, saneando el entorno y creando nuevas expectativas de ilusión, como un Carnaval auténtico y dinamizador.

1 comentario

  1. Muy buena esta reflexión, auténtico termómetro sobre situaciones y comportamientos actuales.

    Los carnavalescos aduladores, las asociaciones serviles y las necesidades de los alumnos en materia educativa bajo mínimos. Esto hay que intentar arreglarlo. Hay que revisar los criterios para otorgar subvenciones, por qué, para qué, a quién, cuando y cuanto. . . y revisar su cumplimiento, porque esto es dinero público.

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