Al amanecer, 2ª parte

Ese cumpleaños, el último en la vida de Luis, fue muy sonado. Esa tarde, cuando acudió a casa de Mercedes, ésta le comunicó que esperaban un hijo. Hacía 3 meses que se habían casado en secreto y sólo la madre de ella, que lo sabía, era tan discreta que, al llegar el yerno, ella se iba adonde su hermana, para dejarlos tener intimidad. La noticia fue una bomba, pues esa felicidad no podía salir ni gritarse a las 4 vientos fuera de aquellas paredes, pero él sintió algo tierno y cálido.
Una semana antes, le había dicho: «Por si me pasa algo, no quiero que te quedes sin nada. Toma», entregándole un documento, que en realidad era su testamento, en el que le dejaba a su mujer todos sus bienes. Ella lo consederó como de mal augurio, pero Luis la hizo razonar: «Es mejor un «por si acaso» que un «quien pensare»».
Al entierro de Luis asistió Mercedes con su madre, desafiando las miradas oblicuas y los murmullos. Luego se presentó en casa de sus suegros, exponiendo todo lo acontecido entre ella y el hijo de los señores. Al principio, el padre, dado su carácter, se puso hecho una fiera y quiso arrojarla a la calle, pero la suegra se enterneció con la noticia del nieto. Decidieron que Mercedes ocupara, por derecho, el lugar que le correspondía; ella y su madre se instalaron en aquella casa de gente rica. Cuando nació el pequeño (vivo retrato de su padre), los abuelos lloraban de alegría, porque aquel niño era como el regalo más hermoso que Luis les dejó póstumamente, era la mayor muestra de amor a Mercedes, dar su vida para que ella fuera la señora de la casa y respetada. Pasado el parto, y ya con el niño en brazos, dijo Mercedes a sus suegros: «Mi corazón me dice que Luis quiere que este hijo suyo se llame como su padre y su abuelo, así que le bautizaremos con los nombres de Luis José».
El abuelo se inclinó y la besó en la frente: «Dios te bendiga, hija mía. No se equivocó mi hijo al elegirte, el equivocado era yo que no supe ver lo mucho que valías. Mi nieto será mi heredero». Actualmente ese niño es un gran hombre, querido y respetado por toda la ciudad.

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