Envueltos en luces, villancicos y adornos navideños, se nos está acabando el año 2013. Ha sido un año complejo en el que, como en cualquier otro, ha habido de todo. Complicado y difícil, porque ésa va siendo la tónica general de estos últimos años. Pero también ha tenido sus cosas positivas, no lo olvidemos. Sobre todo, que se están conociendo y juzgando tantos asuntos turbios que había por ahí ocultos. Ya que el que se descubran las corrupciones, por ejemplo, no quiere decir que antes no existieran. Ni mucho menos, sólo es que no las conocíamos. Es más, las que están saliendo a la luz ahora vienen de lejos. De esos años atrás en los que estábamos tan a gusto, sin darnos cuenta de todo lo que se estaba haciendo a espaldas nuestras y con nuestros impuestos. Siempre es bueno que se sepan las cosas, aunque no nos gusten. Es la transparencia, que tanto se proclama y tan poco se practica. Pero somos adultos y estamos preparados para conocer y reconocer la realidad. Ignorar o querer obviar lo auténtico, para taparlo con un bonito manto, no es sano. Las cosas son como son y se hacen bien o mal. A quien las hace bien se le reconoce y a quien las haga mal también.
Por eso, en esta época de buenos deseos y peticiones, queremos para Torrevieja y sus buenas gentes -de aquí y de allá- lo mejor. Que consiga el impulso necesario para salir adelante, después de esta crisis tan potente y general. Que tras la catarsis, surja el nuevo proyecto de ciudad que merece ser, pese a quien pese. No debe quedarse en un sueño. Hay mucha gente empeñada en conseguir pasar página de una vez y construir un buen y esperanzador futuro. Con todas esas personas de buena voluntad brindamos, para lograr juntos la mejor Torrevieja posible.
Feliz año 2014 y que los que vengan sean los mejores. Nos encontramos el próximo 10 de enero.
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