La quincena de un vago nº516

Pues eso, un vago, dos vagos, trivagos y la peña de los vagos, que diría el yerno de Don Carlos Marx, que en paz descansen ociosos los dos. Así que esto quiere ser una nueva sección con la aquiescencia de la jefa María José.
Sí, me siento indignado y cabreado (que ya es un topicazo grande) con muchas cosas, por ejemplo con la marcha del país en general y de la economía en particular; también con que vayan a mandar a la puta calle al juez Silva, al que encarceló al supuestamente golfo de Blesa; con que no se encuentre por ningún cajón de ninguna Audiencia el indulto del juez Garzón, y sí se tengan a mano directa los de Del Nido, Matas, Hernández, Fabra el del aeropuerto y las loterías, y muchos más. Indignación, pues, con los que tergiversan y manipulan las informaciones como el movimiento vecinal en el barrio burgalés de Gamonal, donde el alcalde tiene un ático de lujo pagado aparentemente por el jefe-constructor-promotor-editor de la ciudad; igualmente indignado con los papeleos del otro ático, supuestamente pagado por sociedad extraña, en Marbella, utilizado por el actual presidente de la Comunidad madrileña; indignado con que el gobierno ilustre ahora a los niños sobre las bondades de los planes de pensiones; así me indigno también con el supuesto sobrecoste de las obras de nuestro Teatro (que ya fue delito derribar el viejo y que no nos levantáramos en «armas»), y las del Canal de Panamá, para qué nos vamos a engañar; y que la Cospedal gaste más de siete millones de euros en asesores y altos cargos cuando recorta y más recorta en educación, en sanidad y en servicios sociales. Y como ya estoy caliente, diré que también estoy cabreado por cómo está el edificio que ocupa la Plaza de Abastos, absolutamente abandonado, dejado a la mano de Dios, y a ver si Dios dice algo sobre él. Y me enfado un poco, y esto es puro egoísmo, porque no se hayan llevado a a Fitur, a los madriles, a ese escaparate del mundo mundial, el libro sobre el Cincuentenario del Certamen Internacional de Habaneras y Polifonía, que es marca de la casa, realizado por gentes de la casa, de lo mejorcico de cada rincón, aunque algunos amigos y amigas no pudieron colaborar en la redacción del mismo siendo muy buenos en esta materia, a los que mando un abrazo desde aquí: FS, CMD, MG, JB, RD, MH, IS, etcétera. Pero estoy seguro de que ellos apoyan que ese trabajo, ese libro, viaje hasta la puerta de FITUR 2014. Ah, y no quiero decir nada del Príncipe ese de la Iglesia que dice que la homosexualidad es una enfermedad comparable a la hipertensión. ¿Quiere decir esto que todos los que tenemos la tensión un poco alta somos mariquitas, mariquititas o maricones de verdad? Por otro lado, me parece bien que los rusos o quienes sean estén comprando casas y abriendo inmobiliarias, e incluso nuestra ciudad disponga de un censo poblacional ruso importante. Pero me indigna que volvamos a caer en el fatídico error de erre que erre con la construcción y el futuro del ladrillo, un futuro que ya no tiene futuro por mucho que se empeñe alguien que se considere parte interesada de los negocios de este sector, y me da igual que sea de un lado que de otro, de una orilla que de otra. Si ésa es la percepción de futuro para la ciudad, mal rollo: Y si eso es lo único que nuestro caletre puede ofrecernos como signo de recuperación de la economía local, apañados vamos nosotros y la generación que viene, si es que viene alguna generación, que tampoco se sabe bien.

SÍNTOMA DE ALEGRÍA
Pues me alegro, y lo voy a dejar escrito, de que tres buenos policías, tres buenos compañeros de la empresa en la que trabajo, hayan ganado un contencioso que ha durado unos siete años. Yo no tuve esa suerte y me pasaron por la piedra en el TSJCV, aunque en los juzgados de Elche gané, fui un campeón. Pero ya se sabe que los políticos poderosos siempre tienen las de ganar, lo tienen casi todo a su favor. Casi todo. Por eso también me alegra el éxito momentáneo de los vecinos de Gamonal, porque Gamonal supone un grito, un basta ya, un hasta las narices de la corrupción, por mucho que la señora Cospedal no quiera enterarse.
Buena quincena tengan y que sigamos protestando, protestando, protestando, protestando hasta quedarnos afónicos. Por la revolución de las palabras, ea.

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