Un semanario «antitorrevieja»

Con el permiso de los lectores de el semanario «El Temps», voy a iniciar mi artículo para este nuevo número. Va circulando por estas tierras del sur de la Comunidad un prestigioso semanario de máxima actualidad escrito en lengua catalana («El Temps»), editado por Edicions del País Valencià desde 1985. Semanario joven, si lo comparamos (comparaciones odiosas, vaya) con nuestro Vista Alegre. Está editado e impulsado por Eliseu Climent, que por cierto es amiguísimo de Don Pujol, padre de la patria catalana, y tiene sedes en Barcelona, Valencia y Palma de Mallorca, como nosotros teníamos «torrevejenses ausentes» en esas y otras tierras de España. Pues bien, les informo de que actualmente la revista recibe subvención de la Generalitat Catalana, igual que La Vanguardia, El Periódico de Cataluña, El Punt Avui y Ara. En el año 2013, recibieron estos medios de comunicación, tan sólo del Departmento de Presidencia, un total de 2,2 millones de euros en subvención.
La revista, según he podido leer en castellano, dice verdades como puños, y algún que otro error, de ahí que sea una «antitorrevieja» más. Porque, aquí, cuando alguien ha mostrado su desacuerdo con las dichosas paguicas del ex, la barbaridad de Teatro que tenemos, los gastos fastuosos en obras que eran y son totalmente innecesarias, la mentira gordísima de la compra del velero «Pascual Flores» y un largo etcétera, la calificación más suave ha sido la de «antitorrevieja», como si la ciudad fuera de unos pocos o unos muchos, y los descontentos con las políticas gubernamentales tuvieran pooco más o menos que exiliarse de esta villa salinera y marinera, valgan los tópicos de antaño.
He pillado dos inexactitudes importantes en el amplio reportaje que «El Temps» nos dedica. Uno, que la familia del doctor García Gea no tiene nada que ver con los terrenos del Hospital Público de Gestion Privada; y dos, que en Torrevieja no fallecen tres mil personas al año, tan sólo una media de doscientas.
Por lo demás, y para no aburrir, diré que me choca que ahora la Generalitat Valenciana se de cuenta de que el Centro de Discapacitados (año 2012), todavía cerrado y con un coste de unos 4,6 millones de euros, tenga deficiencias. En fin, para mear y no echar gota, que diría el gitano. Apoyo lo que he leído en Face: el tabaco advierte que el Gobierno es perjudicial para la salud.

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