…mis ojos iban llenos de lágrimas y rabia, porque no entendía cómo esos hijos y nueras consentían tanta miseria, teniendo casas cerradas y terrenos. La madre se extrañó cuando tomó el dinero, diciendo que era la primera vez que su hijo le daba algo; lo dijo llorando, ya que la nuera era la que manejaba la casa y, ante los reproches del marido, decía: «Que hubieran ahorrado cuando eran jóvenes». A mí se me quitó el hambre y nos tomamos unos sandwiches y ensalada en un pueblo por el que pasamos. Durante mucho tiempo cavilé sobre aquella familia. No me dolía el dinero que le dimos de nuestro bolsillo, sino el abandono y la confianza con que nos recibieron. Si hubiera sido hoy en día, tendrían la puerta cerrada y puesta la tranca detrás del postigo, desconfiando de nosotros, precisamente porque vieron que nunca hariámos nada a personas indefensas: la vida valía mucho entonces y se respetaba a los mayores. Dicen que el Karma pasa su factura a quien obra mal… 3 años después de este episodio, al hijo se le declaró un cáncer que se lo llevó de este mundo en 25 días. Allí quedó la ambiciosa y avarienta nuera, con muchas propiedades, sí, pero sola en el mundo con 2 niños pequeños.
Kartaojal
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