Vamos a crear un «stop» en los cambios del movimiento político a través de los tiempos para centrarnos en la evolución de la escultura como forma de pensar. El salto primero se dio desde el continente americano, pues quedan restos de una cultura primitiva anterior a las nuestras, la oriental y la occidental, donde en las representaciones del hombre se consideraba a sí mismo como objeto del pensar.
Y, para comenzar, me imagino primeramente las enormes representaciones de Siddharta Gautama Sakyamuni, nacido en Nepal y conocido como Buda, esculpidas en bloques de roca saliente desde donde y en cuclillas lograra el sabio oriental desdoblar el mundo del espíritu desde la más pura observación de lo humano. La tradición cuenta que un elefante blanco logró penetrar, allá por los años 558 antes de nuestra era occidental, en el seno de la Reina Mayadavi, de la que nació el sabio más esculpido de la historia oriental, del Pensador en estado puro.
Aparte del Humanismo griego y el del Renacimiento, un salto de siglos nos llevará hasta la obra escultórica del francés Auguste Rodin (1840-1017) con sus figuras en bronce y en especial del Pensador de 1902. De inspiración renacentista, con el Dante y Miguel Angel Buonarroti, combinando poesía y escultura, es quizás la mejor síntesis de toda una época de vigor y serenidad.
Pero el descubrimiento de la cultura madre Olmeca del hemisferio occidental mesoamericano, iniciadores del juego de pelota, con sus enormes esculturas de cabezas y figuras de seres humanos en posición sedente, nos da la pauta para pensar que fueron ellas, hace más de 3.000 años, las que consideraron antes que nadie al ser humano como capaz de reflexionar, del Pensador como objeto de sí mismo.
HECHOS Y DICHOS
El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Buda Siddharta
ARTE Y NATURALEZA
Sólo la Naturaleza termina bien todo lo que hace. Miguel Ángel
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