El Periódico de Torrevieja nº396

Los ojos son uno de los sentidos más necesarios para el ser humano, si no el que más, pero no sirven de nada cuando no se quieren utilizar. Y es que, como dice el refrán, no hay peor ciego que el que no quiere ver. Aquel que no sólo se empeña en hacer que no ve lo que no le interesa, sino que además pretende ocultar a los demás lo que todo el mundo está viendo a simple vista, nunca podrá comprender nada más allá de su criterio, o, peor aún, de su conveniencia y, por tanto, no le podrá poner solución. No se puede negar la evidencia. Cuando se llega a tal punto de «ceguera» o prepotencia, es que no se quieren afrontar las cosas que se tratan de ocultar.
Ahora mismo, por ejemplo, cuando por todo el país están aflorando tantos puntos de corrupción que el ciudadano está harto, llegando a pensar que todos y todo está demasiado podrido, no es sano cerrar los ojos y, mirando hacia otro lado, intentar inhabilitar a quien se atreve a investigar, hasta conseguir acallarlo todo. Sería más lógico afrontar la situación poniendo a cada cual en su sitio, asumiendo los hechos y haciendo dimitir a quien no merezca estar ahí, en cuanto se vean claramente los indicios y dudas sobre su comportamiento. Pero lo cierto es que son pocos los casos en que así sucede. Y, mientras tanto, por aquí también se intenta ignorar la evidencia, negando a los medios que quieren ser independientes, o tratando engañar… ¿a quién?

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