El fin de semana pasado, con cuatro días de fiesta seguidos, pero con unas condiciones meteorológicas muy adversas y además infrecuentes -¿cambio climático?-, la lluvia «a manta» hizo estragos en el litoral y sus playas. Palo para el sector turístico. En contraposición, embalses y acuíferos llenos y «bingo» para el campo y las huertas, por lo que habrá que repartir a partes iguales condolencias y parabienes.
Ya escribí hace un par de meses lo de procesiones y mítines electoralistas al mismo tiempo. Pero los cofrades, al final, han tenido que mirar al cielo y los otros no, pues éstos, dentro de esa «ensaimada» que son los debates, es de obligado cumplimiento que bajen los ojos a las mesas o los atriles, algunos llenos de papeles y documentos con datos y gráficos al parecer fidedignos.
Nuestra JMC tuvo que suspender la procesión general del entierro de Cristo el viernes. Y con los oídos puestos en las notas del proyecto Mastral, creo, se aventuraron y salió bien, a no suspender la del Encuentro el domingo por la mañana temprano, tradicionalmente emotiva, con la imagen de la Purísima y el Santísimo bajo palio. Después el templo, eso sí y como de costumbre, vimos, desde el campanario, cómo se llenó en las Eucaristías. Yo, que tampoco asistí a la vigilia del sábado, opté por conectar TV para ver y oír la de la Basílica de San Pedro y el bautizo solemne de siete catecúmenos, cinco mujeres y tres hombres de diversas nacionalidades. Huelga decir que fue impresionante, como lo son todas las ceremonias solemnes de nuestro rito católico (hago pausa aquí para recordar con tristeza a los nuevos mártires cristianos de Sri Lanka).
Pues ya han pasado las procesiones y nos queda lo peor. Lo advertía. Anoche se tiraron por primera vez los trastos a la cabeza los cuatro principales dirigentes. A nosotros nos volvieron a recordar la excelencia de sus programas, pero ninguno de los cuatro dijo que, de ganar en Cataluña, se pondría finiquito a la inmersión lingüística ¡ya!, sin mandar a la Policía ni la Guardia Civil, que para eso ya están allí los mossos. En previsión, obviamente, del 65% de independentistas que, según Iceta, harían recomendable y necesario el referéndum hacia… ¡claro! ¡…La independencia de Cataluña de una vez por todas!
JortizrochE
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